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Final Four, las semis: Michigan conquista 'la zona naranja' y Louisville se carga a la Cenicienta
Los favoritos acabaron, no sin esfuerzo, con la eterna Cenicienta Wichita State, y los Wolverines hicieron lo propio con el bosque defensivo de Syracuse.
Los favoritos acabaron, no sin esfuerzo, con la eterna Cenicienta Wichita State, y los Wolverines hicieron lo propio con el bosque defensivo de Syracuse, por lo que ambos equipos se medirán en una final que parece que no descubrirá a ningún nuevo Dios del Olimpo baloncestístico, a no ser que Trey Burke, que arrasó con todos los premios incluido el Oscar Roberston tenga una noche inspirada. Te contamos lo más interesante de los primeros compases de la Final Four.
Syracuse no pudo con Michigan. La segunda semifinal de la Final Four 2013 supo ofrecernos un baloncesto mucho mejor que la primera a pesar de la absoluta desaparición de los jugadores estrella de ambos equipos. Por si esta madrugada te lo has perdido, te ofrecemos las claves del partido que han llevado a Michigan a la Final del NCAA Tournament después de veinte años.
Up!
El planteamiento ofensivo de Michigan: los Wolverines salieron a jugar tal y como necesitaban. Controlaron la zona de los Orange durante todo el primer período. Ralentizando el juego al principio, conscientes de su poco acierto desde el perímetro, fueron creciéndose poco a poco en la primera mitad hasta destrozar los esquemas de Syracuse: once arriba al descanso.
C.J. Fair: se convirtió en la única arma ofensiva de los Orange. A pesar de sus 14 puntos de media por partido en temporada regular, no se esperaba que este junior liderara a su equipo con 24 puntos y 6 rebotes. Su actuación fue la chispa que pudo hacer que la remontada de Syracuse se consumara.
Rebotes ofensivos de Michigan: fue uno de los recursos más importantes de los Wolverines, dándoles hasta tres oportunidades de canasta en la misma jugada. En la última parte del partido no lo cargaron con la misma intensidad, lo que favoreció que Syracuse tomara la iniciativa y consiguiera ponerles contra las cuerdas.
Down!
La zona de Boeheim: en esta ocasión el planteamiento defensivo de los Orange no fue efectivo. Las recepciones en el poste alto eran un coladero para el tiro a media distancia del gigante McGary. Los puntas no estuvieron enchufados y no robaron más que algún tímido balón, jugada con la que suele empezar el juego ofensivo de Syracuse. Además los «dos para uno» en las esquinas dejaban aún más espacio para los cortes de los aleros de Michigan, que supieron aprovechar su oportunidad.
La gestión de los últimos minutos antes de la press: cuando aún tenían tres minutos de esperanza para llegar a la Final, Syracuse planteó una presión que ayudó a conseguir los puntos que necesitaban para creer en sus posibilidades. Sin embargo, llegaron en doble falta porque durante los 2 o 3 minutos anteriores habían llevado a la línea de tiros libres a Michigan sin necesidad, con intención de parar el juego. Puede que si hubiesen optado por defender más agresivamente, hubieran llegado con más posibilidades al final.
El síndrome Anthony Davis de Trey Burke y Michael Carter-Williams: al igual que el fenómeno de Kentucky, que desapareció en la Final del año pasado después de ser la referencia absoluta de los Wildcats el resto de la temporada, los bases estrella de Michigan y Syracuse no tuvieron su mejor día.
Burke está llamado a ser uno de los mejores jugadores de su generación y anoche no respondió a las expectativas que su juego había creado. Repartió 4 asistencias y consiguió atrapar 5 rebotes, pero no supo encarar el aro con solvencia a pesar de sus 7 puntos. Esperamos verle más acertado en la Final. Por su parte, Carter-Williams no leyó las necesidades de su equipo en la última mitad. Forzó su quinta falta cuando Syracuse aún tenía opciones de ganar el partido y perdió 5 balones importantísimos.
Por su parte, los Louisville Cardinals alcanzaron la final en un duro encuentro ante el equipo revelación del torneo, por lo que se verán las caras con los Wolverines defendiendo su condición de favoritos, que viene justificada por su categoría de ‘no.1 seed’. Wichita State luchó hasta el final, llegando a vencer de catorce en la primera mitad.
Up!
Los suplentes al rescate: Nada parecía funcionar para los Cardinals, que veían como el partido se les escapaba de las manos y sus jugadores principales no aportaban más que tiros desesperados desde cualquier parte de la cancha. Entonces, aparecieron Luke Hancock (21 punt.) y Chane Benahan (10 punt., 9 reb.) para darles alas. Hancock consiguió anotar con un acierto del 66.7%, con tres de cinco en triples y forzando una pérdida al final del encuentro que cerró la victoria.
Meritorios hasta el final: Largo camino para los Shockers, que fueron catalogados como los novenos de su grupo de 16 del lado Oeste del cuadro. Empezaron sorprendiendo a los Pittsburgh Panthers para cargarse contra todo pronóstico a Gonzaga, la sensación nacional del momento. En la siguiente ronda no se dejaron sorprender por la ‘bubble’ La Salle y acabaron venciendo en el Staples a unos históricos Ohio State Buckeyes por un estrecho margen.
El ‘factor Wear‘: Cuando todo el país y el mundo entero se llevó las manos a la cara con la terrible lesión del joven Chris ante Duke, el chaval sacó el aplomo de llamar a sus compañeros y entrenador, Rick Pitino, para que vencieran el encuentro. Ware fue a visitar a sus compañeros con su camiseta y en muletas, nos enteramos que cuando puede hasta da unos pasitos. Todo un luchador.
¿Una cita para el siguiente nivel?: Carl Hall ha llamado la atención de muchos más allá que por usar unas gafas muy molonas. El número 22 de Wichita State se ha presentado como un complemento más que interesante para la pintura y en la opinión de muchos debería tomar este tren que le ofrece la vida.
Down!
El genio de Pitino: A muchos nos gusta el carácter de ‘joven arrogante’ como se define a sí mismo el bueno de Rick. Su estética digna de una película de Al Capone con ese ‘anillaco’ conquistado con Kentucky nos hace sonreír pero en algún momento del partido se encaró de mala forma con el entrenador de Wichita y resultó un poco desagradable. Hay que estar más relajado.
Louisville se quedó sin líder: Durante gran parte del encuentro los Louisville Cardinals parecieron perdidos a falta de sus estrellas, que se enzarzaban en tiros que no entraban de ninguna forma y apenas mantenían el control del balón. RUss Smith acabó reaccionando para acabar con 21 puntos tras fallar sus cuatro primeros tiros libres (promedia un 85%), pero Peyton Siva apenas aportó siete puntos y una excelente bandeja.
Malcom Armstread: Terrible encuentro del jugador que ha liderado a Wichita State en su camino a la Final Four. El base no entró en la dinámica del encuentro en ningún momento anotando sólo 2 puntos, con 1 de 10 de acierto. Por lo menos aportó siete asistencias. Este encuentro puede pasarle factura si se presenta al draft.
El gusto por el morbo. Es terrible que la ‘March Madness’ haya llegado a nuestros medios únicamente a través de la lesión de Ware.
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