¿Fin a la última era dorada del USA Team?

Kevin Durant tampoco acudirá al Mundial de baloncesto de España 2014. El MVP de la pasada campaña se ha borrado de la lista del Team USA alegando cansancio físico y mental. Un argumento razonable si la del alero de los Thunder hubiera sido la única espantada, pero el problema es que Durant se marcha después de que lo anunciaran LeBron, Westbrook, Kawhi Leonard o más recientemente Kevin Love y Blake Griffin.

Su adiós a la selección a menos de un mes del comienzo de la competición se une además al tremendo mazazo sufrido por los jugadores norteamericanos tras la escalofriante lesión de Paul Geroge. Y es que, parece que este año al Team USA le está saliendo todo torcido.

Pese a las primeras marchas anunciadas al comienzo del verano, el equipo dirigido por Mike Krzyzewski volvía a erigirse como el mayor favorito para llevarse el oro del Mundial. Argumentos, a pesar de los ‘peros’, no faltaban: Rose regresaba por la puerta grande, Durant parecía dispuesto a afianzar su posición como principal estilete del nuevo ‘Dream Team’ y al grupo se sumaban hombres jóvenes como Damian Lillard. A pesar de las bajas, había dinamita para rato.

Y es que a partir de la desafortunada lesión de Paul George se ha abierto un fuerte debate en el seno del baloncesto americano que ahora parece acentuarse con el último hasta luego de Durant. Por Estados Unidos, patrióticos hasta la médula, ha comenzado a abrirse de nuevo el debate sobre la necesidad real de llevar a sus mejores hombres a las competiciones FIBA -Los Juegos Olímpicos quedan aparte-. El irascible dueño de los Dallas Mavericks, Mark Cuban, ha sido el que ha llevado al límite la cuestión tachando de «mafia» a la Federación Internacional de Baloncesto, proponiendo que se pague a las franquicias por ‘ceder’ a sus jugadores y alegando que debería ser la misma Federación Norteamericana la que cree un Mundial paralelo.

Ascenso y descenso del USA Team

Las cartas puestas sobre la mesa vuelven a reabrir una partida de la que EE.UU. nunca ha acabado de escapar desde que en 1992 la selección llamara por primera vez a jugadores profesionales para las Olimpiadas de Barcelona. Aquel mítico -y único para muchos- ‘Dream Team‘ marcó un antes y un después en la historia del baloncesto, pero engendró también una suerte de espada de Damocles para el sistema NBA, franquicias y jugadores. No se podría bajar el nivel nunca más.

Tras los Jordan, Barkley, Bird y compañía que lideraran con puño de hierro el baloncesto mundial en aquel verano del 92 llegarían después otros grandes equipos que conseguirían reeditar los éxitos. Tres oros olímpicos consecutivos lo constatan. Sin embargo, a partir de ahí, y con el baloncesto profesional envuelto en el barbecho de la era post-Jordan la selección de Estados Unidos volvió a pasar de novia a amiga pesada con la que mejor no tontear mucho.

Para representar la debacle de la selección nacional los americanos eligieron el peor escenario posible. En el Mundial del año 2002, celebrado en EE.UU., un USA Team falto de estrellas de primer nivel cayó hasta lo más hondo, quedando en sexta posición tras perder contra España en un partido ya sin nada en juego y siendo el gran Ícaro de un campeonato en el que jugaban en casa y que acabó coronado por una Yugoslavia que daba sus últimos estertores como selección unificada.

A pesar de que el equipo se conjuró para la próxima gran cita, reuniendo ahora sí un equipo encumbrado por Tim Duncan o un jonvencísimo LeBron, las Olimpiadas de Atenas de 2004 fueron otro fiasco. Aunque, en esta ocasión, más por mérito de aquella Argentina que enamoró al mundo con su juego y entrega que por demérito de los americanos. La crisis, una vez creada, acabó por poner su rúbrica en el Mudial de Japón de 2006 en el que España logró el título y EE.UU. se tuvo que conformar con el bronce. Tocaba rehacerse.

Tras 10 años de paseos militares a lomos de los sendos ‘Dream Teams’, la nueva era de la selección estaba  apunto de encarrilar otra década sin éxitos. Demasiado para el orgullo del país y el de una nueva generación de jugadores que estaban llamados a formar el nuevo ‘Star System’. Así, encabezados por Mike Krzyzewski, el equipo se conjuró en torno a LeBron y Kobe Bryant para lanzar un mensaje al mundo en las Olimpiadas de Pekín de hace 6 años. Estados Unidos había vuelto, y a nadie le quedó duda alguna. Tras recobrar el oro olímpico llegarían después lo más recientes mundiales de 2010 en Turquía y los nuevos juegos de Londres en 2012, ambos sellados con oro y sin demasiados problemas. La herida se había cerrado.

Sin embargo, ahora, las bajas y las críticas llegadas desde todos los estamentos del basket americano parecen propiciar de nuevo una época de vacas flacas en la hasta ahora apacible pradera del USA Team. La renuncia de LeBron del año pasado –entendida a todos los niveles en su momento- no causó gran revuelo, aunque ahora muchos se preguntan si fue tan solo la punta del iceberg de una nueva era de mediocridad en los torneos internacionales. La respuesta, en menos de un mes en las canchas españolas.

Víctor Millán: Escribo mucho y soy de Zaragoza. Director de Sweet Hoops.

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