Que la NBA sea hoy en día una de las ligas deportivas más populares y con más seguidores del planeta, tiene como inequívoco origen la década de los ochenta. El Showtime de los Lakers; el baloncesto total de los Celtics, los aguerridos “Bad Boys” de Detroit, y una larguísima lista de grandes jugadores: Bird, Magic, Jordan, Thomas, Barkley, Pippen, Malone, Olajuwon, Ewing, Stockton, Abdul Jabbar, Worthy, entre otros, revitalizaron una liga que, aunque deportivamente no tenía parangón, a nivel mediático y de popularidad, no acababa de encandilar al gran público. Pero resulta que está eclosión de talento baloncestístico no era exclusiva de territorio americano.
Paralelamente, al otro lado del atlántico, más concretamente en el viejo continente europeo, una brillante generación de jugadores emergía con una intensidad nunca antes vista en una tierra tan tradicionalmente futbolera. Sabonis, Petrovic, Galis, Glouchkov, Marciulionis, Schrempf o Fernando Martín, son sólo algunos de los grandes nombres que consiguieron que la NBA dirigiera su mirada hacia Europa a mediados de los ochenta.
Ante tal despliegue de talento, una NBA poco dada y, sobre todo, poco necesitada de buscar talento fuera de casa, decidió enviar a sus emisarios para que informaran sobre lo que se cocía al otro lado del charco. Ya tenían algunos nombres agendados, pero eran, sobre todo, europeos que se estaban formando en universidades americanas, como el alemán Detlef Schrempf (Universidad de Washington) o el holandés Rik Smits (Universidad Marist).
En los Juegos Olímpicos de 1984, celebrados en Los Ángeles, tuvieron la oportunidad de ver de cerca a algunos de esos jugadores de los que tanto se hablaba, pero no fue hasta el Campeonato de Europa de 1985, celebrado en Alemania (Alemania Occidental en aquellos años), cuando las franquicias NBA comenzaron a fijarse más seriamente en el baloncesto que se jugaba fuera de sus fronteras.
El de 1985 fue el primer Eurobasket al que acudieron en masa ojeadores de equipos NBA. Se celebró en Stuttgart, Karlsruhe y Leverkusen, como sedes compartidas, entre el 5 y el 16 de junio, con la participación de 12 selecciones; entre ellas la poderosa URSS, que no había participado en las Olimpiadas de los Ángeles debido al boicot político que propuso el Kremlin en respuesta al propuesto por Carter ocho años antes en las Olimpiadas de Moscú; y que era la que más expectación levantaba entre los ojeadores, con jugadores como Arvydas Sabonis, Aleksander Volkov, Valeri Tikhonenko o Valdemaras Chomicius, entre otros.
La URSS finalizó el torneo con un promedio de 109.1 puntos por partido, récord que aún sigue vigente
Fue un gran campeonato, en el que se pudo ver un baloncesto de altísimo nivel, con grandes actuaciones personales y marcadores tremendamente abultados; circunstancia ésta relacionada directamente con el hecho de que, el de 1985, fuese el primer Eurobasket en el que se implantó el lanzamiento de tres puntos. La URSS finalizó el torneo con un promedio de 109.1 puntos por partido, récord hasta la fecha. Yugoslavia (99) y España (97.4) también se fueron a promedios anotadores muy altos.
Como no podía ser de otra manera, los ojeadores americanos quedaron encantados con lo visto y volvieron a USA con sus cuadernos repletos de nombres. La URSS se proclamó campeona; Checoslovaquia fue segunda, y España consiguió un meritorio cuarto puesto. Un jovencísimo Drazen Petrovic, quien entonces defendía la camiseta de Yugoslavia, y Arvydas Sabonis, autentico dominador del torneo y proclamado MVP del mismo, recibieron las principales alabanzas de público y prensa. El Quinteto Ideal lo conformaron: Arvydas Sabonis (URSS), Valdis Valters (URSS), Drazen Petrovic (Yugoslavia), Detlef Schrempf (Alemania) y Fernando Martín (España). Salvo Valters, los otros cuatro componentes acabarían jugando en la NBA.
NBA Draft 1985: definitivamente lo que vieron les gustó
El Draft de 1985 se puede considerar el origen de la europeización que la NBA experimentaría en años posteriores. Hasta cuatro jugadores europeos sin formación americana fueron seleccionados en el draft, algo que jamás había ocurrido antes. Panagiotis Giannakis había sido elegido en la novena ronda del Draft de 1982 por los Celtics, pero fue considerado algo más anecdótico que una posibilidad real de que acabara dando el salto a la liga americana. Aquello era distinto.
Fernando Martín fue seleccionado por New Jersey Nets; Arvydas Sabonis por Atlanta Hawks (su elección se anuló por no tener la edad mínima y fue elegido al año siguiente por Portland Trail Blazers); Cleveland Cavaliers apostó por el alemán Gunther Benkhe, y en la séptima ronda, los Suns seleccionaron al búlgaro Georgi Glouchkov. Los alemanes Detlef Schrempf y Uwe Blab, ambos formados en universidades americanas, también fueron elegidos en ese draft.
Fernando Martín pospuso un año su aventura NBA, Gunther Benkhe nunca llegó a dar el salto, y Arvydas Sabonis, para gloria del Real Madrid, no se enroló en los Blazers hasta 1995, lo que convirtió al búlgaro Georgi Glouchkov en el primer europeo sin formación americana en jugar en la NBA.
A partir de ese momento, el trasvase de talento Europa-NBA ha sido incesante. La NBA actual, la de Nowitzki (primer europeo MVP de la temporada), Pau Gasol (primer europeo Rookie del Año), Tony Parker (primer europeo MVP de unas finales) y otros muchos europeos, encontraron abiertas de par en par las puertas de la NBA, puertas que empezaron a abrirse en el Eurobasket de 1985.