Cada temporada llegando a febrero, la NBA da a conocer los quintetos titulares para el All-Star, elegidos por los millones de fans que tiene la mejor liga de baloncesto por todo el mundo. Hasta ahí todo correcto, los jugadores más populares, con mayor simpatía entre el público tienen todas las papeletas para formar en el cinco inicial y así engordar su currículum.
Bajo este criterio podemos encontrar casos sorprendentes de jugadores que no hayan realizado una buena temporada pero sean elegidos titulares por su gran figura mediática. Los casos más recientes puede ser Kobe Bryant o Carmelo Anthony, que sin estar lejos de sus medias habituales, bien es cierto que no han contribuido a que sus equipos aspiren a algo más que no sea conseguir el número 1 del próximo draft. Días más tarde de conocerse los titulares, los entrenadores de las 30 franquicias eligen a 7 suplentes por Conferencia, dónde ahí si, se espera que si ha habido alguna injusticia en el primer anuncio se pueda solventar en este.
Bien, pues para este evento que se celebrará en Nueva York no ha faltado la polémica en las elecciones. Primero fue Demarcus Cousins, que solo fue llamado tras la obligada baja por lesión de Kobe, su no inclusión entre los reservas inicialmente, generó tanto revuelo en las redes sociales que a las pocas horas la NBA ya tuvo que dar el nombre del sustituto para el angelino. Cousins no solo debía estar desde un inicio, sino que incluso podía haber sido titular perfectamente, ya que si no tuviese esa cabeza un tanto desamueblada estaríamos hablando del mejor pívot de la liga.
Los que no estarán en la cita salvo contratiempo de última hora serán : Damian Lillard, que pese a liderar junto a LaMarcus Aldrige a uno de los mejores equipos de la liga y mantener su excelso nivel, que sí le valió para ser elegido el año pasado y estar presente durante todo el fin de semana, los entrenadores optaron por Chris Paul o Russell Westbrook que a priori no eran tan candidatos.
Otra baja sorprendente es la de Monta Ellis, que sin duda merecía ser All-Star por primera vez en su carrera, y tras madurar como jugador con Dallas Mavericks y realizar una campaña notable, tampoco estará en Nueva York. Igual que su compañero Dirk Nowitzki, presente en 12 ediciones y colocándose séptimo máximo anotador en la historia de la NBA que de nada le sirven para colarse entre las estrellas, dónde si estará un Tim Duncan con peores números que el alemán y con un equipo con peor registro que el de Rick Carlisle.
Otra pareja que ha quedado fuera sin duda es la formada por Mike Conley y Zach Randolph, dos piezas básicas en un equipo aspirante a todo. Conley es probablemente el base más infravalorado de la liga, puede hacer de todo, y todo lo hace bien y Randolph forma junto a Marc Gasol la mejor pareja interior del campeonato.
Al otro lado del país tenemos una Conferencia más sencilla para elegir, aunque aún así puede haber casos sorprendentes como los de Nikola Vucevic o Andre Drummond, dos pívots con números impresionantes y en equipos con un futuro prometedor. El primero lidera a unos jóvenes Orlando Magic con una proyección interesante y el segundo destaca en unos Detroit Pistons al alza tras la salida de Josh Smith.
La gran temporada de Milwauke Bucks también parece haber pasado inadvertida para los entrenadores, ya que su principal referencia, Brandon Knight no ha sido seleccionado para el gran evento pese a estar promediando los mejores números de su joven pero gran carrera.
El último descartado para el partido de la estrellas es Kyle Korver, el arma exterior de unos Atlanta Hawks imparables en el Este, con un mes de enero inmaculado que les ha valido para ser jugador del mes a todo el quinteto. Korver está firmando los mejores porcentajes de tiro en la historia de la liga, y eso hablando que su zona de peligro es la línea de tres, le añade un valor extra.
Como veis no son pocas las estrellas “invisibles” en la NBA, aunque de bien seguro los representantes de sus respectivas conferencias pondrán el listón dónde merece un evento de tal calibre.
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