Este miércoles Sports Illustrated publicó una investigación en la que han trabajado durante meses y que ha dado un duro golpe a los pilares éticos de la NBA. La publicación recoge que en los Dallas Mavericks se perpetraron varios casos de abusos sexuales reiterados por parte de Terdema Ussery, antiguo CEO de la franquicia encargado de las cuentas, sobre trabajadoras del equipo. Se habla de continuas vejaciones y abuso de autoridad para acosar sexualmente a las trabajadoras.
SI ha hablado con varias trabajadoras que han salido de la franquicia y todas reiteran que Ussery se sobrepasó con ellas, era «una casa de animales (en referencia a la película Desmadre a la Americana)», cuenta alguna de ellas, que afirman que Ussery actuaba así sin que nadie en en la organización le parara los pies.
El escándalo ha ido a más al citar también a Earl K. Sneed, responsable de la web de los Mavs, que al parecer tuvo acusaciones de maltrato sobre su exmujer, también trabajadora de los Mavericks, y que firmó con la franquicia un contrato interno en el que se le prohibía mantener relaciones sentimentales con otras compañeras.
Ussery, el principal acusado, salió de los Mavs en 2015 tras 18 años en el equipo rumbo a la firma Under Armour, donde apenas duró unos meses. Por su parte Mark Cuban, propietario del equipo, ha calificado como un «error horrible» no haber detectado estos comportamientos antes y ha despedido a Sneed y al responsable de recursos humanos, a quien las mujeres agredidas habían acudido varias veces para denunciar estos actos sin conseguir respuesta alguna.
La implicación o no de Mark Cuban
El carismático propietario de los Mavs está en el ojo del huracán después del escándalo. Si bien ninguno de los testimonios tiene constancia de que Cuban estuviera al tanto de lo que sucedía, sí que creen que se mantuvo a Ussery por su buena labor al frente de las cuentas del equipo y que cuesta creer que el millonario no estuviera al corriente.
Un hecho relevante es que Ussery llegó a la franquicia unos meses antes de que Cuban se hiciera con la mayoría del accionariado, en el año 2000. Pese a esto, cuesta pensar que Cuban no estuviera al tanto, aunque él ha salido rápidamente a afirmar que no estaba al corriente, tomando la rápida decisión de los despidos de los implicados que aún seguían en la organización.
Otro punto a destacar es que aunque algunos testimonios dicen que había instaurada una «situación corporativa misógina» que permitía todo esto, en ningún caso se cita a jugadores, de las que alguna de las trabajadoras llegan a decir que el contacto que tenían con ellos era el único momento en el que se sentían seguras.
¿Cómo puede afectar a la franquicia? El antecedente cercano de Louisville
Cuesta pensar cómo puede afectar esto a Dallas, que ve de esta forma manchada su época más gloriosa, con el anillo de 2011 de por medio. Dirk Nowitzki, tras 20 temporadas en la NBA, podría perder motivación para seguir un curso más tras este escándalo.
Mientras, está por ver como el equipo, en actual reconstrucción, puede quedar marcado de cara a la agencia libre, siendo visto como un destino con mala fama para muchos jugadores.
Cuestión distinta es la actuación que pueda tener de oficio la NBA si se concretan estas acusaciones. La competición debería actuar ante el mayor escándalo sexual mantenido en una organización en toda su historia si entiende que no se han depurado responsabilidades como corresponde.
Como referente cercano queda el caso de la Universidad de Louisville, donde se ha probado que durante años se pagó a prostitutas para convencer a jugadores de instituto de que se unieran a sus filas. Algunos de ellos, obviamente, menores aún. El escándalo se ha saldado con la NCAA quitando el torneo ganado de 2013 al equipo dirigido entonces por Rick Pitino. Una victoria de un equipo supuestamente humilde, que en sus entrañas respondía a una conducta inmoral.