No corren buenos tiempos en Minnesota. El temporal que ha azotado a gran parte de los Estados Unidos parece haber traído, además de nieve y temperaturas muy por debajo de los cero grados, mal rollo a la plantilla y al entorno de los Timberwolves. Y precisamente el jugador que ha abierto la caja de los truenos ha sido su estrella, Kevin Love, que cargó, aunque sin citarlos, contra sus compañeros J.J. Barea y Dante Cunningham.
«No podemos tener a dos tíos sentados al final del banquillo, que juegan buenos minutos, simplemente sentados ahí sin levantarse durante los tiempos muertos», afirmó el ala-pívot en la madrugada del martes al miércoles después de la derrota en casa en los últimos segundos ante los Phoenix Suns. «Necesitamos estar en esto juntos. Esto es algo que me molesta. Se supone que somos un equipo», aseguró rotundo Love.
Asimismo, destacó que «son dos jugadores de los que esperamos más». «Creo que ellos esperan más de sí mismos. No estoy tratando de señalar a nadie, y no quiero hacer esto más grande de lo que es, pero somos un equipo que necesitaba ganar hoy y necesitábamos a todo el mundo, incluso a los que no juegan minutos», añadió la estrella de Minnnesota.
Estas declaraciones no han caído en saco roto, ni en la prensa ni dentro del equipo. Los medios de comunicación no han tardado en volver a sacar a colación la hipotética intención de Love de aterrizar, en un futuro próximo, en Los Ángeles Lakers. Esta vez ha sido la CBS, en concreto Ken Berger, quien señala en una columna que un ejecutivo de la Conferencia Este le dijo que «todo el mundo sabe que él quiere irse a los Lakers, deberían traspasarlo». Love, que tiene contrato hasta el curso 2015/2016, goza de una player option al final de la temporada 2014/2015, que podría ejercer para cambiar de aires.
Críticas a Ricky
Pero Love no ha sido el único jugador ‘tocado’ por la prensa. El base español Ricky Rubio no está cumpliendo las expectativas que había sobre él, del que se esperaba una gran evolución después de que su lesión de rodilla esté prácticamente olvidada. Principalmente, recibe críticas por su sempiterna asignatura pendiente: el tiro. Este apartado del juego nunca ha sido su fuerte, pero este año los problemas se han acentuado, ya que está completando su peor curso en tiros de campo (34,7%) y el segundo peor en triples (33,9%).
Así las cosas, el periódico local, el Star Tribune, ha publicado una columna en la que catalogan a Ricky como un «error del draft» y «una decepción». Es cierto que, como el artículo asevera, Ricky no ha evolucionado año a año. Probablemente, el no poder disponer del verano en los dos últimos cursos para mejorar facetas del juego como el tiro o las pérdidas de balón (uno por lesión y otro por estar con la selección española) han perjudicado al base de El Masnou. Si a esto le unes las cada vez menores dosis de espectacularidad que caracterizaban su juego, tienes el cóctel perfecto para que aparezcan críticas.
Como resultado de todo este jaleo está la decepcionante temporada de los Wolves. Sin la excusa de las lesiones, se esperaba de este equipo, y más con Kevin Love a ese nivel, que subieran un peldaño y volviesen a disputar los PlayOffs. Pero nada más lejos de la realidad. Actualmente están décimos, a una victoria y media del octavo puesto de la Conferencia Oeste, con un incendio dentro del equipo, un banquillo que, a falta de Budinger y Turiaf, aporta bastante poco, jugadores cada vez más cuestionados y una estrella enfadada. Aunque todavía queda más de la mitad de la temporada, la realidad es que las esperanzas de hacer algo importante se van esfumando poco a poco. Y con ellas las de retener a Love más allá de 2015.
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A mí es que no me gusta ver una falta de ortografía publicada.