Las cosas acabaron cayendo por su propio peso en el sexto partido. Los Cleveland Cavaliers eliminaron este jueves a los Chicago Bulls con una contundente paliza (94-73) que pone el punto final a una temporada plagada de luces y sombras en el equipo de Illinois.
Ni la recuperación de Pau Gasol, que se había perdido los dos últimos encuentros, pudo echar freno a unos Cavs que llegaban en fase ascendente, convencidos de que son el mejor equipo del Este. Sin Love en la serie, pero con un LeBron James decisivo con su game-winner en el cuarto partido (cuando la serie iba 1-2 para los Bulls) los Cavaliers han puesto el cerrojo definitivo a un serie que, viendo los problemas que arrastraban los de Thibodeau durante todo el curso, ha durado más de lo esperado.
Anoche ni siquiera hizo falta un buen LeBron James. El alero firmó uno de sus peores partidos en estos PlayOffs con 7 de 23 en tiros (aunque estuvo a un solo rebote de firmar el triple-doble, todo sea dicho). De hecho, el mejor jugador de los Cavs fue el australiano Matthew Dellavedova, que firmó 19 puntos, acompañado de un Tristan Thompson (13+17), que ha sido fundamental para no echar o incluso pensar que Kevin Love no era tan necesario en el esquema del equipo.
Con todo, esta ha sido una vez más, y especialmente en los momentos decisivos, una serie dominada y gestionada por LeBron. Los suyos perdieron cuando él no estuvo bien. Y él puso las cosas en su sitio cuando quiso.
‘The King’, que vuelve a ser esta temporada más que nunca un 4×4, ha promediado casi un triple-doble en la serie (26.7 puntos, 11 rebotes y 9 asistencias), supliendo incluso el bajón anotador que ha tenido en estos seis partidos Kyrie Irving (17.5 ha promediado el base que ha sufrido una tendinitis). Las finales de Conferencia serán las séptimas en las doce temporadas que lleva LeBron en la NBA. La historia, al menos en el Este, solo tiene su nombre en la última década.
Por su parte, los Bulls cierran una campaña que comenzó de forma ilusionante y ha acabado tendiendo al despropósito. Perder de esta forma en casa no es de recibo para un equipo que se presuponía con ciertas opciones de plantar batalla. Rose, Pau, Butler, Mirotic, todos han tenido sus momentos de lucidez, pero no ha cuajado el proyecto justo el año que parecía que tenían al fin todos los ingredientes (y medianamente sanos). Thibodeau parece predestinado a salir. Veremos cómo son los Bulls 2015/2016.