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El Este se lleva un All Star Game de récord
Será un pachanga y un partido para lucirse y divertir a los fans, pero este domingo, la conferencia Este demostró en el All Star Game contar con las mejores individualidades de la liga.
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Será un pachanga y un partido para lucirse y divertir a los fans, pero este domingo, la conferencia Este demostró en el All Star Game contar con las mejores individualidades de la liga. Los de la costa atlántica se impusieron a sus compañeros del lejanos oeste por 163 a 155, consiguiendo la mayor anotación combinada vista jamás en un partido de estas características.
El partido estaba cargado de detalles. La baja de Kobe Bryant, el duelo entre LeBron y Durant, o la magia de ver a los nuevos perros grandes de la liga como Stephen Curry y Damian Lillard. Sin embargo, los grandes protagonistas del encuentro fueron Blake Griffin y Kyrie Irving, elegido a la postre MVP del partido al liderar la remontada de su equipo durante la segunda parte.
El evento transcurrió como se esperaba. LeBron salió a por todas robando balones y dejando claro quien manda al tiempo que Durant comenzaba algo precipitado el encuentro. Los alley-oops y las jugadas increíbles se iban haciendo poco a poco con el partido y con ellos llegaba la sensacional actuación del ala-pívot de los Clippers, que tras firmar 20 puntos en la primera parte acabaría con 38 en su casillero de anotación. Sin embargo, fue Kyrie Irving el que lanzó un mensaje más claro durante el partido. Con solo 3 años en la liga el base de los Cavs lideró a LeBron, Melo y compañía para llevarse el MVP con 31 puntos, 14 asistencias y 5 rebotes.
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Un All Star para la historia
Después de un fin de semana de las estrellas marcado por la apatía del concurso de mates, el All Star Game trajo un broche bastante digno. Ambos equipos no tiraron el partido en ningún momento, combinando la permisividad y el dejar hacer propio del partido con la competitividad.
Con estos ingredientes no es de extrañar que el partido saltara por los aires en los que a récords se refiere. Fue el encuentro con mayor anotación conjunta -superando a la edición de 1987-, y con el Este logrando la mayor anotación de un equipo en la historia -superando al Oeste en 2003-, faltando únicamente que Blake Griffin o Kevin Durant (38 pts) superaran la marca histrórica de anotación individual lograda por Wilt Chamberlain en 1962 (42 pts).
Además, Carmelo Anthony logró batir el récord de triples anotados en el partido de las estrellas, logrando 8.
¿Y los pívots?
Como ya se avisaba desde la elección de los fans, los pívots han salido por la puerta de atrás de concurso, cayendo de forma drástica su participación. Con LeBron haciendo de center en el Este en el quinteto titular, el primer cambio de Frank Vogel fue dar entrada a Roy Hibbert. Después entrarían en partido Joakim Noah -tan intenso como siempre- y Dwight Howard, quien recientemente había criticado la falta de presencia de los cincos en esta edición.
Sin embargo, como estaba escrito, ninguno de los hombres grades tuvieron especial importancia dentro del evento, poniendo una piedra más sobre la idea que preconiza la pérdida de fuerza de los hombres grandes dentro de la liga.