Derrick Rose: La flor que empieza a marchitar

Ayer a media tarde se despertaron los rumores sobre el preocupante estado físico y mental del base de los Cavs, Derrick Rose. El jugador nacido en Chicago atraviesa uno de sus peores momentos en cuanto a lo deportivo, pues sus constantes lesiones no son solo un calvario para su carrera a nivel profesional sino también emocional, y es que Derrick está ahora mismo fuera de la disciplina de Cleveland Cavaliers evaluando las posibilidades de qué hacer con su carrera profesional, después de haberse lesionado por segunda vez en lo que va de temporada, según el periodista de ESPN Adrian Wojnarowski.

Esta situación nació en la temporada 2011-2012, donde sólo disputó 39 partido debido a múltiples lesiones. La más mediática y preocupante se dio en un partido de primera ronda de Playoffs contra los 76ers, donde sufrió una lesión en su rodilla derecha mientras saltaba.  Las pruebas eran claras, el ligamento cruzado anterior estaba gravemente afectado, lo que le llevaría a estar entre 8 y 12 meses en el dique seco. En este momento se acabó el Rose que conocíamos, ese que no hace tanto fue MVP.

Rose comenzó a entrenar con el grupo en enero de 2013, aunque no jugó durante toda la temporada por precaución. Los Bulls sin él llegarían a semifinales de conferencia, por lo que se esperaba que con su retorno el equipo se convirtiera en aspirante al título. El 5 de octubre volvió a vestirse de corto en un partido con los Bulls ante Indiana Pacers en la pre-season. La esperada fecha sería el 29 de octubre, donde volvería a jugar un partido en la NBA contra los vigentes campeones, los Heat de LeBron, Wade y Bosh. Para la desesperación del propio jugador y de los aficionados del baloncesto, el 22 de noviembre contra Portland Trail Blazers se vuelve a lesionar, esta vez en el menisco de su rodilla derecha. Tras la operación, se anuncia que no volverá a jugar hasta la próxima temporada. El jugador ya estaba moral y físicamente muy tocado, pero el amor por el baloncesto le hacen continuar con su carrera.

Vuelve a la acción el 29 de octubre contra los Knicks y, aunque parece que por fin va a tener una temporada libre de problemas físicos, vuelve a recaer de la misma lesión que le mantuvo toda la temporada fuera la campaña pasada: el menisco de su rodilla derecha. Sin embargo, la resonancia marcó que solo sería baja de 4 a 6 semanas, bastante menos de lo que se esperaba. Por fín parecía que no todo era cuesta abajo. Retorna el 8 de abril contra  Orlando Magic y consigue aguantar todo lo que restaba de temporada sin ningún percance. Regresa a jugar un partido de Playoffs, algo que no sucedía desde la temporada 2011-2012 y lleva a su equipo a las semifinales de conferencia, donde perderían en seis partidos contra Cleveland, pero allí dejó detalles de lo que fue un gran jugador, entre ellos un game winner en el tercer partido.

En su último año en Chicago, solo sufriría una fractura en un hueso cercano a la cuenca ocular, lo que provocó que llevara máscara a principio de temporada, aún así pudo disputar un total de 66 partidos, su tope desde la temporada del MVP.

Un cambio de aires que parece renacer a Rose

Tras muchos rumores que hablaban de que Rose podría dejar la NBA para irse a Europa o China, donde la competición era menos exigente, fue traspasado a New York en verano de 2016. Allí se mantuvo sano y en un nivel esperanzador hasta el 2 de abril de 2017, donde se daña el menisco de su rodilla izquierda, lo que provocaría que no retornara a la disciplina del equipo de la Big Apple, pasando por cuarta vez en el quirófano por problemas en sus rodillas en 9 años de carrera. Un auténtico calvario para Derrick, que a pesar de conseguir buenos números, estaba muy devaluado en el mercado por sus problemas físico. Serían los Cavs el equipo que se lo llevara, con un contrato de tan solo un año y 2,1 millones de dólares. Era su gran oportunidad: equipo ganador y minutos garantizados. El escenario ideal para resarcirse y volver a brillar al lado de LeBron James o Dwayne Wade, entre otros.

Nada más lejos de la realidad hasta el momento. Ha podido disputar 7 de los 18 partidos que han jugado ya los Cavs. Baja por lesión en su tobillo, sin fecha de retorno y destrozado de cuerpo y mente. Problemas que van más allá de lo físico y llegan a lo mental. Los rumores sobre su retiro se acentúan, mientras sus compañeros y entrenador le apoyan totalmente, dandole el tiempo necesario para que decida lo mejor para él, pues en definitiva es el único que sabe realmente por lo que está pasando.

Pero los datos no están muy a favor de la causa de su retorno. En su etapa en Chicago, solo se perdería 6 partidos hasta su lesión. Después de ella, se ha perdido un total de 244 partidos de temporada regular de 410 en cinco años, es decir, jugó en cinco años 166 partidos de la Regular Season. Su promedio: 38,3 partidos por temporada. Tremendo dato que resume el por qué de su difícil situación, un constante intento de resurgimiento frustrado por sus limitaciones físicas, que no solo no le impiden volver a ser el mismo, sino que cuando fuerza un poco sus lastimadas rodillas, vuelve a caer.

Los 4 posibles escenarios para Rose

  • Seguir con Cleveland: Parece la opción que todo aficionado de la NBA quiere que elija. Se resumiría en que Derrick se pusiera de nuevo con el grupo, se recuperara y cuando estuviera recuperado, volver a las canchas. Lo bueno de esto es que veríamos de nuevo a Rose jugar en una cancha de la NBA. Lo malo, la frustración de Rose por ver su lastrado rendimiento y la alta posibilidad de volver a lesionarse por el alto desgaste físico de jugar en la NBA. Podría poner el broche a su carrera con un título de la NBA que cambiaría mucho el contexto de su retirada.
  • Tomarse un año sabático: Como hizo en el año 2013, cuando se recuperó de su lesión, esperaría hasta la siguiente temporada para volver a jugar en la NBA. Sería agente libre y podría valorar ofertas algo mejores en cuanto a lo lucrativo, en lo personal quizá ningún equipo mejor que Cleveland apostaría por él. Para los románticos, volver a Chicago sería un escenario idílico, aunque el grado de nostalgia allí sería demasiado fuerte.
  • Jugar en Europa/China: Jugar en el Viejo Continente o en Oriente sería una gran opción para Rose. Una competición  distinta, mucho menos exigente y de menos nivel, donde Rose sobresaldría presumiblemente como uno de los mejores jugadores y expandiendo su marca personal por todo el mundo. Su cuerpo le agradecería la reducción del esfuerzo y sería una gran atracción para el equipo que escoja, sea el que sea.
  • Retirarse: La opción más posible a día de hoy y que menos nos queremos plantear. Ver a un MVP como Derrick Rose, con tanto por dar, retirarse a la edad de 29 años sería una completa desgracia. Con casi 20 puntos y 6 asistencias de promedio, echaríamos demasiado de menos a uno de los jugadores más explosivos de toda la historia del baloncesto. Eso sí, sus problemas físicos cesarían y, con ello, despejaría su mente que, lejos de los intereses de aficionados y compañeros, es lo más importante.

Sea lo que sea lo que decida hacer Derrick Rose, desde Sweethoops y por parte del autor de estas líneas, mandamos mucho ánimo y fuerza a este gran jugador y esperamos la mejor decisión.

Iago Figueira: Fan de los Celtics desde la época de Pierce, escribo como hobbie.
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