Que los Denver Nuggets de este año son muy inferiores a los que el año pasado llegaron a maravillar a algunos está claro. Que los Lakers están hechos polvo es una obviedad y más aún cuando este domingo se vio el agujero que le hicieron los suplentes de la franquicia de Colorado.
Los Nuggets hicieron honor al origen de su nombre y expoliaron la mina de oro en el que se ha convertido el Staples Center, consiguiendo una rotunda victoria por 137 a 115, la máxima anotación firmada por un rival de los Lakers desde 1993. El entrenador Brian Shaw no tuvo miramientos en destrozar la defensa del equipo para el que sonó como coach tras el retiro de Phil Jackson. Dirigidos por Ty Lawson, con 20 puntos y 12 asistencias, y acompañado por los suplentes Mozgov (20 puntos, 7 rebotes y 2 tapones en 20 minutos) y Nate Robinson (21 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias en 19 minutos), los Nuggets incendiaron el Staples ante unos Lakers que defendían como una madre.
En el bando de los de D’Antoni el uno que consiguió dar la cara fue una vez más Pau Gasol, que pese a estar envuelto en los continuos rumores de traspaso selló una completa actuación con 25 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y 3 tapones. Se cuenta que en los prolegómenos del partido Pau saludó a un antiguo asistente de los Lakers que ahora trabaja para los Nuggets al que le dijo: «Por aquí seguimos, pero no sé hasta cuando».