Cuando el Garden fue el Edén

Nadie en su sano juicio sería hoy de los Knicks. Estaría dispuesto a apostar a que, a día de hoy, hay un número mucho mayor de fans de la ‘nostalgia de los Knicks’ que de la actual franquicia. Tampoco les culpo. Que la gran manzana no haya levantado el título de campeona de la NBA en más de 40 años no es solo desalentador; la serie de despropósitos a los que asistido el Madison en estas cuatro décadas supera con mucho a la de noches de gloria. Eso sí, hubo cuatro años, entre 1969 y 1973, en los que acudir al icónico pabellón era mucho más que asistir a un partido de baloncesto. Lo relata con fidelidad del documental ‘30 for 30: When the Garden Was Eden’ (2014), titulado en castellano ‘La época dorada del Madison’.

Su valor es doble. Además de la crónica deportiva, presenta una radiografía del cambio de década en la ciudad que es al mismo tiempo un estupendo análisis de la sociedad estadounidense, metida de lleno en el dilema político que representó la Guerra de Vietnam, el primer conflicto bélico contemporáneo en el que participaba Estados Unidos. Nueva York era, como el resto de la nación, un avispero de conflictos raciales agitados por la marginalidad de los barrios pobres, por las drogas y la prostitución. Los Knicks, hasta la 1969-70, eran un equipo de apestados. No se pisaban los play-offs desde hacía 7 años. Las gradas vacías eran la norma en el Madison. Sus aficionados apostaban a favor del equipo visitante.

La llegada del entrenador Red Holzman y sus expeditivos métodos lo cambió todo. Eso, y la irrupción de una generación que se revelaría única, con un roster en el que figuraban Dick Barnett, Dave DeBusschere, Walt Frazier, Willis Reed, Cazzie Russell o Bill Bradley. No tardaría en sumárseles un tal Phil Jackson, dinamita saliendo desde el banco. En aquellos 4 años no solo se ganaron dos títulos, sino que el Garden se transformó en el pabellón en el que ningún equipo quería jugarse los cuartos. Su público era entendido y fiero. De paso, las celebrities comenzaron a poblar las sillas a pie de pista, con Woody Allen ejerciendo de precursor de Spike Lee.

‘La época dorada del Madison’ recrea multitud de anécdotas contadas por sus propios protagonistas, todos ellos aún en buen estado de forma. Y lo combina con infinidad de imágenes de la época, que por ejemplo sirven para comprobar que la pasión por la moda de la que hacen gala hoy Russell Westbrook o James Harden es una minucia al lado de la coquetería de Frazier, siempre impecable con sus gabardinas y sombreros. De paso, el documental es la mejor ilustración de lo que hace a algunos equipos grandes de la noche a la mañana gracias al nacimiento de una química especial entre sus jugadores. Antes de ellos, el desierto. Tras el título de 1973, el equipo se desmanteló. Fueron 4 años de una inexplicable magia, de una improbable alquimia.

José Ángel Sanz Pastor: Storyteller. Sigo la NBA desde los 80.
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