Cuesta encontrar unas Finales de la NBA de las seis que ha disputado LeBron en la que se encuentre tan sumamente solo. Quizá, con ánimo de cambiar hasta de década, en las Finales que disputó cuando aún era un muchacho contra los Spurs en 2007. La lesión de Kyrie Irving en la prórroga del primer partido contra los Warriors ha dejado a los Cavs -un equipo vertebrado para ser mucho más que LeBron- convertidos en un completo erial. La Final, está ya descompensada, eso es incuestionable.
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Irving, que ya llevaba toda la postemporada arrastrando molestias e incluso se ha especulado con un importante desencuentro en el seno del equipo debido a todo lo que forzado en las últimas semanas, estaba aportando durante estos PlayOffs 19 puntos por partido, prácticamente el 20% de la anotación de su equipo, desinflada – o mejor dicho redistribuida- desde la ausencia de Kevin Love desde primera ronda.
Su rotura de la rótula izquierda tendrá al base fuera cuatro meses. Un contratiempo crudamente injusto. Irving había contribuido tanto como LeBron para llevar a los de Ohio a las finales y ahora su ausencia obligará a LeBron a redoblarse en todos los sentidos. No ya solo por su veintena de puntos, sino porque su sustituto, el australiano Matthew Dellavedova, apenas disputó nueve minutos en el primer partido, lo que da una idea de la ‘confianza’ que tenía a priori depositada en su segundo base David Blatt para disputar estas finales.
Y ahí se abre una segunda incógnita, cómo responderá el banquillo de los Cavaliers ante la falta de anotadores en el quinteto y, sobre todo, ante un posible -aunque improbable- mal día de LeBron. Basta con echar un ojo a la distribución de puntos por equipo (sigue leyendo tras el gráfico):
¿De dónde saldrán los puntos que faltarán en los Cavs? Fundamentalmente hay que pensar que de LeBron, que, no obstante, en el partido 1, con Irving jugando más de 40 minutos, ya disparó su media hasta los 44 puntos. El otro hombre que parece capaz de aportar algo más vista la exigua apuesta por el banquillo de Blatt -solo participaron 8 jugadores, dejando a Perkins, Marion y Miller fuera- es sin duda alguna Timofey Mozgov. El pívot ruso se ha convertido en una revolución inesperada, su llegada a mitad de temporada contó con la aprobación de LeBron James, que durante el último cuarto le cedió varios balones importantes ubicándose casi como el segundo referente ofensivo de los Cavaliers por encima incluso de Kyrie Irving.
Del sexto hombre de los Cavs al octavo de los Warriors
La profundidad del banquillo es precisamente otro de los handicaps para disfrutar de una Final entretenida y prolongada. A los Warriors hasta les sobran pieza -véase David Lee- frente a la escasez de segunda fila de los de Ohio. Solo JR Smith y sus 13,2 puntos por partido aportan anotación (aunque claramente irregular) frente a la labor de todo terreno que desarrolla Andre Iguodala, que además de sus 8,4 (que elevó a 15 en el primer partido con canastas fundamentales) es un elemento completamente necesario para la defensa de LeBron.
Los cambios tras el bloqueo serán fundamentales
Pese a esto, entre los ingredientes potenciales que puede hacer de estas ya de por sí descompensadas Finales está sin lugar a dudas la defensa que puedan proponer los Warriors sobre LeBron. En el primer partido ya se vio que las principales murallas ante el número 23 que maneja Steve Kerr iban a ser tanto el bueno de Iggy como Harrison Barnes. Sin embargo, en numerosas ocasiones tras un primer bloqueo el jugador que quedaba emparejado con LeBron era Klay Thompson. El ‘otro’ de los Splash Brother va camino de convertirse en un jugador completo más allá de la metralleta que tiene por muñeca… pero aún le queda un trecho que recorrer en defensa para poder siquiera contener al mejor jugador del planeta.
Por ahí pueden ir los tiros para ver a un LeBron capaz de superar los 60 puntos en los próximos encuentros. Por contra, Steve Kerr puede apostar por mantener a la vez en cancha a Barnes e Iguodala más minutos para conjugar estos cambios. Y ojo porque los cambios en el bloqueo tampoco son carta exclusiva de Blatt. Durante la primera entrega del pasado jueves también pudimos ver como Curry se quedaba no en pocas ocasiones solo desde la línea de tres ante Mozgov. El juego ya ha empezado, y sin Irving, tanto la opción de la barrida como la de épica ganan enteros.
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