Como estaba previsto, el base de Philadelphia 76ers, Michael Carter-Williams, ha sido elegido como el mejor novato del año en la NBA. El jugador procedente de la Universidad de Syracuse ha acabado el año como el mejor jugador de primer año en puntos (16,7), rebotes (6,2) y asistencias (6,3), algo que previamente solo había estado al alcance de Oscar Robertson o Alvan Adams.
En la votación realizada por la prensa deportiva, Carter-Williams arrasó con un total de 569 puntos, superando cómodamente los 364 puntos de Victor Oladipo (Orlando Magic) y los 96 de Trey Burke (Utah Jazz).
Ahora, con todo dicho, toca de verdad poner en perspectiva el resultado de la presente camada de rookies. El jugador de Massachusetts sucede en el palmarés del premio a Damian Lillard, estrella consolidada ya de la liga, algo que tendremos que ver el año que viene con Carter-Williams, quien desde el número 11 de draft ha superado al top-ten de jugadores elegidos más desconcertante de los últimos años.
Solo Víctor Oladipo y Trey Burke se salvan de un listado en el pufo del número 1 Anthony Bennet y otros debuts a medias como Otto Porter o Ben McLemore bajan la media hasta dar crédito a los que afirmaban que era el draft más pobre de las últimas décadas.