La NCAA ha anunciado este miércoles importantes cambios para mejorar el futuro de la competición. En primer lugar, los jugadores top de Universidad e Instituto, podrán tener agente, aunque deberán tener una certificación específica de la NCAA sobre los estándares de comportamiento y las respectivas consecuencias por las violaciones del programa deportivo; es decir, deberán ser estudiantes y deportistas ejemplares y no haber estado envueltos en ningún escándalo previo. Podrán ser representados a partir del 1 de julio previo a su último año en el instituto, siempre que hayan sido seleccionados como futura promesa por USA Basketball, que delimitará ese rango de «top» para los jugadores.
«Los deportistas tendrán más libertad y flexibilidad para decidir si convertirse en profesional o desarrollar su carrera académica», dice el comunicado respecto a esta decisión. La otra medida es que los jugadores universitarios que se presenten al Draft, podrán volver al college en caso de no ser seleccionados. Eso sí, deberán notificarlo al director del centro antes de las 5 de la tarde del lunes posterior al sorteo.
Con ello, los jugadores podrán seguir su formación académica y profesional sin tener que buscarse la vida en ligas menores de Europa o en la propia G-League e intentar volver a presentarse al año siguiente. De momento, el «one and done», la norma que obliga a pasar al menos un año en la Universidad antes de ser declarable para el Draft sigue en pie, aunque Adam Silver ya aseguró que se modificará antes de 2024 para permitir que los jugadores puedan salir directamente desde el Instituto hacía la NBA.
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Todos estos cambios son consecuencias de la investigación que hizo el FBI el año pasado donde se destapó una trama de pagos ilegales a Universidades y jugadores. Más de 25 deportistas, entre ellos Miles Bridges, Collin Sexton o Wendell Carter, se vieron envueltos en este escándalo que incluía desde adelantos en efectivo hasta viajes para los jugadores y sus familias. El pago llegaba a través de los entrenadores de los centros educativos en la mayoría de los casos. Entre los centros salpicados estaban: Duke, Carolina del Norte, Texas, Kentucky, Michigan State, USC, Alabama, entre otros.