Este fin de semana se dio carpetazo a un traspaso que incluye a uno de los nombres que más vueltas dio este verano. Jahlil Okafor, producto de Duke y número 3 del cercano Draft de 2015, fue traspasado junto con Nik Stauskas y una segunda ronda del Draft desde Philadelphia a Brooklyn a cambio de Trevor Booker.
Los Sixers se despedían así de una de las piezas que han salido dinamitadas de su ‘The Process’. Nerlens Noel y el propio Okafor, dupla interior que en su momento se afirmó que sería el futuro de la franquicia, ya están fuera. En el caso del segundo, de forma especialmente dolorosa para él. Tras promediar casi 18 puntos y 7 rebotes en su año rookie, el jugador había caído en el ostracismo ante el protagonismo de Saric y Embiid. No había hueco para él en Philly.
Con su llegada, los Nets suman a su proyecto a este interior de buenos movimientos y talento cortado por su trayectoria junto con el del número 2 del mismo Draft: D’Angelo Russell. Talento joven, en definitiva, que sumar a un equipo que había perdido cualquier oportunidad de futuro al traspasar de forma impaciente buena parte de sus rondas del Draft hasta 2020.
Jaylen Brown, Fultz o Kuzma: Todo lo que Brooklyn perdió en el trade de Pierce y Garnett
En 2012, la NBA recibía con toda la pompa del mundo el traslado de una de sus franquicia. Aquellos Nets que casi tocan el cielo en el comienzo del siglo XXI con su equipo formado por Kidd, Vince Carter, Jefferson y Kenyon Martin (dos Finales NBA perdidas), se mudaba a Brooklyn para ser el segundo equipo de la Gran Manzana. Tenían pabellón nuevo, unas equipaciones sobrias pero impactantes, Jay-Z entre sus inversores, y sobre todo todo el dinero de Rusia gracias a su propietario Mikhail Prokhorov, magnate del oro, la minería y la energía que prometió un equipo ganador en solo cinco años.
Hoy Prokhorov está a punto de vender lo que aún conserva de la franquicia a otro hombre de oro, el fundador del gigante chino Alibaba Jospeh Tsai. Hasta llegar aquí, han pasado solo cinco años, lo suficiente para que Prokhorov se cansara de su juguete después de desperdiciar buena parte del seguro que tiene un equipo en la NBA para sobrevivir en sus peores épocas, sus rondas del Draft.
En 2013 se daba un movimiento catártico para la liga. Los Celtics rompían con su pasado de los últimos 10 años traspasando a Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry a los lujosos Nets. A cambio estos entregaban varios jugadores segundones como Keith Bogans, MarShon Brooks, Kris Humphries, Kris Joseph, Gerald Wallace y rondas del Draft hasta 2018.
Con ellas, los Celtics, que en ese momento parecían avocados a una reconstrucción total, han armado buena parte del equipo que hoy lidera en récord la NBA. Se han elegido con los picks de Nets a James Young (2014, actualmente en la G-League), Jaylen Brown (2016), Markelle Fultz (2017, después de que su ronda fuera traspasada a Philly), y los Cavs, también vía Celtics, aún guardan su primera ronda de 2018. Además de eso, los Celtics enviaron en el mismo trade una primera ronda de 2017 que tras ser traspasada por Brooklyn a Lakers acabó redundando en Kyle Kuzma.
La conclusión que se puede sacar es que el magnate ruso jugó sus cartas como quien inicia una temporada en el 2K y con la intención de tener un equipo plagado de estrellas lo antes posible empieza a traspasar rondas del Draft, como si estas no tuvieran mayor valor que posibilitar traspasos a bajo coste.
Pero qué duda cabe de que el plan de Prokhorov no era tan ingenuo. Apostó por aunar el mejor equipo posible con la idea de ir a por todo en un horizonte muy concreto, los dos o tres años de buen baloncesto que quedaban a Garnett y Pierce. Las dos leyendas verdes se sumaban a un equipo que ya contaba con Deron Williams, Joe Johnson (en ese momento, el jugador mejor pagado de la liga), Brook López, y al que también se sumaría Andrei Kirilenko. 36 All Star entre todos estos jugadores. El proyecto, sin embargo, no pasó de un enfrentamiento épico contra Toronto y alcanzar las semifinales de Conferencia, donde LeBron, entonces en Miami, finiquitó el sueño millonario.
Brooklyn empieza, ahora sí, su andadura
Pero volviendo al presente, lo cierto es que las oficinas de Brooklyn parecen haber conseguido empezar a enderezar las cosas. Y con ese defecto de rondas del Draft no era sencillo. Mucho tienen que ver en ello Kenny Atkinson, el actual entrenador y Sean Marks, GM en estos últimos años.
Junto a Jahlil Okafor y Russell (brillante en lo que va de campaña NBA hasta su lesión) el equipo cuenta con jugadores importantes. La versión más seria y segura de Jeremy Lin (dramáticamente lesionado en su primer partido pero que el año que viene puede aportar veteranía en un roster muy joven) y una retahíla de jugadores jóvenes con proyección: Caris LeVert, Rondae Hollis-Jefferson o Spencer Dinwiddie, jugadores que en el ecosistema de Brooklyn han conseguido empezar a destacar.
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A ello se suman otros lastres por sus enormes contratos pero buenos jugadores de rol como Allen Crabbe o DeMarre Carroll y lo que pueda aportar Nik Stauskas, tirador y número 8 del Draft de 2014 que aunque aún no ha demostrado nada, puede tener margen para progresar en un equipo sin ataduras.
Los Nets, ahora sí, parecen empezar su verdadera andadura en la NBA cinco años después de intentar tomar atajos. Queda pendiente ver qué sucederá cuando el dueño de Alibaba se haga con los controles de la franquicia ante el riesgo de retomar los caminos más suculentos. Esperemos que, ahora sí, hayan aprendido algo del pasado.