Los nuevos Pistons de la temporada NBA 2013/2014 van a morder, y por la Motor City se sabe. Unas semanas más tarde de que la ciudad de Michigan se declarara en bancarrota, significando la mayor quiebra de una ciudad en los Estados Unidos, los Detroit Pistons han cerrado el último gran fichaje de cara a la temporada que viene. Brandon Jennings llega desde Milwaukee para ser el lugarteniente del también recién contratado Josh Smith, reabriendo un espacio para el sueño en una ciudad sumida en la recesión.
Según se afirma desde Yahoo! Sports, el base firmará por un contrato de 24 millones en tres años tras cerrar un sing&trade que llevará a Milwaukee a Brandon Knight, Khris Middleton y al pívot Viacheslav Kravtsov. El polémico base cierra así un quinteto muy superior al que el año pasado lució por el parquet del Palace of Auburn Hills, reinvirtiendo en gasto salarial lo ahorrado el año pasado.
Con Jennings a los mandos, Stuckey y el rookie Caldwell-Pope en el puesto de dos, y un juego interior compuesto por Smith, Monroe y Andre Drummond, los Pistons tiene equipo de PlayOffs, y quién sabe si en un par de años con el pegamento adecuado en el vestuario un equipo capaz de aspirar a las finales.
Bad Boys again
A Detroit han llegado jugadores explosivos, en juego y en personalidad. Ni Jennings ni Josh Smith han destacado por ser hermanitas de la caridad, y en esa lucha por mantener el orden jugará un papel crucial Chauncey Billups, el último testigo del anillo logrado por los Pistons en 2004.
Con los mismos valores de garra, mala leche y talento con los que los Pistons lograron sus tres campeonatos de la NBA -89 y 90 con Isiah Thomas y sus Bad Boys, y en 2004 con Billups y los Wallace- Detroit tiene ahora una nueva oportunidad para volver a alumbrarse alrededor de una cancha de baloncesto. Una luz que a la ciudad le hace falta ahora más que nunca, aunque venga a través de los jugadores menos simpáticos de la NBA.
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