Aunque está por completar todavía el primer mes de competición en la NBA, ya se pueden extraer las primeras conclusiones de lo que puede ser el devenir de la liga durante los próximos meses. Una de estas conclusiones, y por agradable la hemos destacado, es la emergencia de Bradley Beal como jugador importante en los Washington Wizards, tal y como nos predijo José Ajero, periodista de Canal + especializado en la NBA, hace unas semanas en una entrevista.
Los Wizards, que han empezado con mal pie (3-7) en una temporada en la que espera bastante de ellos, han tenido en Beal prácticamente su única buena noticia. El escolta, en sus primeros diez partidos como jugador de segundo año, está promediando 20.7 puntos por encuentro, siendo el líder del equipo en esta faceta, muy por encima de jugadores con experiencia demostrada en la liga como John Wall (15.9) o Trevor Ariza (14.8).
Su capacidad anotadora con respecto a su año de ‘rookie’ ha aumentado en casi 7 puntos (de 13.9 a 20.7), lo que convierte a la pareja formada por Wall y él mismo en uno de los ‘backcourts’ más potentes de la Conferencia Este. Esta capacidad de mejora se ha visto en varias facetas de su juego, como son las asistencias (de 2.4 a 3 por encuentro) o los robos (de 0.9 a 1.1). Además, sus porcentajes de tiro han subido hasta el 41.5% en tiros de campo y el 45.8% en tiros de tres puntos.
Todo ello se ha traducido en una gran confianza por parte de su entrenador, Randy Wittman, que le mantiene en pista 40 minutos por partido. Con este promedio, es el jugador que más tiempo está sobre la cancha, por encima de estrellas de la liga como Carmelo Anthony, Kevin Durant o James Harden.
Así, hemos visto sus mejores partidos coincidiendo en muchos de los mejores momentos del equipo, como la victoria en la prórroga ante los Nets el 8 de noviembre (29 puntos), la derrota ante los Oklahoma City Thunder el 10 de noviembre (34 puntos) o la victoria en la madrugada de este martes al miércoles en casa ante los Minnesota Timberwolves, donde se fue hasta los 25 puntos, la mayoría de ellos encestados en una segunda parte en la que fue decisivo en la victoria de su equipo.
Es cierto que los Wizards sólo han jugado 10 encuentros esta temporada, y que es muy pronto para juzgar a un jugador que está en su segundo año de competición. Sin embargo, su capacidad para convertirse en la primera referencia ofensiva del equipo hacen de él uno de los principales candidatos para entrar en ese selecto grupo que podemos llamar las estrellas de la NBA.