Quién iba a pensar que allá en 2013, cuando Danny Ainge decidió romper el núcleo del equipo campeón de 2008, iba a estar la semilla verde de un nuevo trébol de cuatro hojas que está floreciendo ahora.
No fueron pocas las voces autorizadas que criticaron el movimiento en los despachos del GM de los Celtics, incluso muchos aficionados les costó entender que el último gran emblema de Boston como Paul Pierce y el pilar defensivo y espiritual por aquel entonces, Kevin Garnett, fuesen a parar a un proyecto nuevo y hecho a golpe de talonario como era el de Brooklyn a cambio de algunos jugadores secundarios y unas cuantas primeras rondas de futuros Draft. También el entrenador cambió de aires, Doc Rivers considerado uno de los mejores entrenadores de la liga, decidió enrolarse a otro proyecto ambicioso como el de los Clippers, la reconstrucción ya era total.
Un año anterior a este sísmico movimiento, otro de los pilares del equipo, Ray Allen, rechazó la oferta de renovación que tenía sobre la mesa y acudió a la llamada de LeBron y su “Big Three” para sumar otro anillo a su dedo, este plantón no sentó nada bien a los excompañeros de Allen, que hicieron de los partidos contra Miami una autentica rivalidad.
De las 4 hojas de un trébol ya marchito solo quedaba Rajon Rondo, un base mágico con una capacidad de pase única y unos fundamentos defensivos bestiales, pero con un carácter un tanto díscolo. Rondo debía ser el líder de la reconstrucción de unos jóvenes Celtics que apostaron por un jovencísimo Brad Stevens como entrenador, capaz de llevar a Butler a dos finales de la NCAA consecutivas, pero sin éxito.
La primera temporada fue un desastre, 57 derrotas y un Rondo desquiciado envuelto en continuos rumores de traspaso.
El verano transcurrió y el base continuaba en una plantilla donde se le había añadido desde el Draft a Marcus Smart, movimiento que hacia presagiar la inminente salida de uno de los reyes del triple doble. Hubo que esperar hasta el 18 de diciembre para que los rumores se hiciesen realidad, Rondo fue enviado a Dallas junto a Dwight Powell, a cambio de Jae Crowder, Brandan Wright y Jameer Nelson; lo curioso es que un año después tan solo Powell y Crowder siguen en los equipos involucrados.
Pese a todos los cambios, el equipo no terminaba de arrancar, y quedaban lejos de posiciones de Playoff, pero el parón del All-Star iba a cambiar todo…
Allí Ainge dio un golpe de magia al conseguir al menudo base de los Suns, Isaiah Thomas, a cambio de Marcus Thorton y una elección de 1ª ronda, que de eso iban bien servidos por Massachusetts. Este cambio tuvo un efecto inmediato en el juego de los Celtics, donde Thomas se erigió desde el primer día como el líder en ataque, ya fuese saliendo desde el banquillo o de titular, y el equipo empezó a lograr triunfos hasta colarse en la octava posición del Este y por tanto recoger la última entrada del baile de post-temporada, donde les tocaría bailar eso sí con la más fea, otra vez LeBron James, pero esta vez en Cleveland.
8 primeras rondas del Draft hasta 2018
A pesar de lo abultado del marcador final, 4-0 para los de Ohio, las sensaciones para el equipo y los aficionados fueron bien distintas, fue un resultado algo engañoso, pues los Celtics no tiraron la toalla en ningún momento y mostraron un baloncesto muy atrevido, vislumbrando lo que veríamos en la siguiente temporada.
Ahora ya sumergidos en el presente, los “orgullosos verdes” están haciendo uso de su apodo más que nunca, y es que a día de hoy marchan terceros en una Conferencia Este mucho más competitiva que años anteriores, con una plantilla todavía muy joven, pero sobradamente preparada para hacer grandes cosas en un futuro no muy lejano.
Disponen de un elenco de jugadores totalmente compensados y con mucha capacidad de mejora, pues acumulan 8 primeras rondas de Draft hasta 2018 y 9 segundas hasta ese mismo año, por tanto es posible que busquen algún traspaso con alguna de ellas para mejorar el futuro inmediato de la franquicia, y la verdad es que están en muchos rumores sobre ello, aunque de momento la temporada está siendo sorprendentemente parada en cuestión de traspasos de momento…
Stevens se ha convertido ya por derecho propio en uno de los mejores entrenadores del mundo, ya es respetado y reconocido por todos los banquillos rivales y con su capacidad de cambiar ajustes en medio de los partidos y su habilidad estratega con la pizarra, ha dado varias victorias a los Celtics, indudablemente con la ayuda de una plantilla donde no sobresale nadie por encima del resto, y donde cada uno tiene perfectamente asumido su rol.
Y el trébol ya tiene nuevas hojas
Isaiah Thomas es quizá la cabeza más visible, y no precisamente por su altura, ya que su 1,75 le ha hecho ser el jugador más bajo de la historia que será All-Star y el que va a la cita siendo seleccionado más abajo en el Draft (nº60) , sin duda una distinción merecida para el líder de un alegre y vistoso ataque verde.
En defensa Avery Bradley es el ancla y uno de los lideres del vestuario, aunque esta temporada también ha dado un salto de calidad en ataque, decidiendo algunos partidos sobre la bocina, sino que le pregunten a los Cavaliers.
El todoterreno es Jae Crowder, ese tipo de jugadores que desde el primer día encandilan a la grada por su entrega y lucha, el ejemplo perfecto de un “orgulloso verde”, capaz de anotar de muchas maneras, defender desde escoltas a ala pívots, asistir, rebotear y recuperar balones, todo un lujo que recordemos llegó en el pack de Rondo.
El juego interior tampoco pasa inadvertido, con Olynyk, Sullinger y Johnson, combinan tres perfiles totalmente distintos, aunque quizá ninguno sea la figura del pívot puro por excelencia, pero con la tendencia de la liga al “small ball” poco importa eso. Los tres pueden lanzar desde fuera, tienen buenos movimientos interiores y atrapan un buen numero de rebotes, quizá el puesto de 5 sea el más flojo de la plantilla, pero no hay motivos para alarmarse, pues Boston es el mejor ataque del Este con 105,1 ppp y la sexta mejor defensa con 100,9.
Como complementos de lujo tienen a Marcus Smart y a Evan Turner, dos jugadores polivalentes y capaces de cambiar el rumbo de un partido que aportan en muchas facetas del juego y pueden jugar en más de una posición. Tras ellos una larga cola de jovencísimos que aun deben explotar como: R.J. Hunter, Rozier o Young o algunos veteranos como Jerebko, siempre necesarios en una plantilla cuando llega la hora de la verdad.
El futuro en Boston es brillante, pero el presente también lo es, veremos cuál ese el techo de este equipo que aspira a ser una alternativa seria a la hegemonía de LeBron en el este y quiere colocarse en el grupo de Atlanta, Chicago y Toronto como grandes rivales, pero recuerden, el trébol de la suerte siempre es verde, y la esperanza es lo último que se pierde.
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FELCIDADES UN ARTÍCULO MUY BUENO!! Se agradece que se hable de otros equipos que no sean Warriors, Spurs y Cavs.
Gracias Jesus. Siempre intentamos hablar de todos los equipos, un saludo!