El bosque mágico de Manu Ginóbili

Este 27 de agosto de 2018, en medio del verano, Manu Ginóbili, el mejor jugador argentino de todos los tiempos, ha anunciado su retirada del baloncesto. ‘Manudona’ deja a la NBA a sus 41 años, logrando 4 títulos NBA y siendo parte del mejor Big-Three de la historia por longevidad y recorrido con los Spurs, aquel compuesto por Tim Duncan, retirado hace dos años, Tony Parker, quien este mismo verano cambió de equipo rumbo a los Hornets, y él mismo.

Nacido en Bahía Blanca en 1977, Ginóbili consiguió además un Oro Olímpico con su Selección, compuesta de la mejor generación del basket argentino de siempre. Drafteado en la segunda ronda de 1999, llegó a sus Spurs, el equipo de su vida, en 2002 después de dar sus primeros pasos profesionales en Argentina e Italia. Se nos va un grande, un símbolo que indica que nos hacemos mayores, y aunque su marcha se llevaba rumoreando las dos últimas campañas -solo su relación con Gregg Popovich parecía empujarle a seguir- por San Antonio tendrán que acostumbrarse ahora de verdad a una nueva era.

Manudona es un grande, y en Sweet Hoops rendimos homenaje  a su carrera recuperando varios de los textos que le hemos dedicado. El primero de ellos, este que sigue a continuación, fue publicado el 11 de enero de este año cuando comenzaban a tomar fuerza los rumores sobre su retirada.


“De los 40 para arriba, no te mojes la barriga”.

“La vejez es deseada, pero cuando llega, odiada”.

“Al músico viejo, le queda el compás”.

El deporte de élite es sabio en refranes, y en muchas ocasiones cumplen con estos dichos cuando vemos a deportistas que deciden colgar las botas, los guantes o el casco entrados en la treintena. Otros casi se auto exigen alcanzar los cuarenta para un último baile, pero ya han perdido el ritmo.

Sin embargo, hay una extraña estirpe a la que pertenece nuestro protagonista. Alguien que no se caracteriza por seguir el patrón establecido, si no que es la excepción que confirma la regla al ritmo que baila tangos sobre el parqué.

Hablamos de Manu Ginóbili, que en su decimosexta temporada en la NBA está en un momento dulce de su carrera tras soplar las 40 velas. No está en los mejores números de su trayectoria, ni siquiera mejora los registros de hace dos campañas jugando ahora más minutos, pero está logrando guardar registros que quedarán perennes en la memoria de la liga.

Un inmortal en un equipo que nunca muere

San Antonio Spurs es el ecosistema de la eternidad, la franquicia que siempre, pase lo que pase, está arriba. Nunca muere.

Como si se tratase de Winnie Foster en El Bosque Mágico de Tuck, Ginóbili ha encontrado en ese ecosistema el lugar perfecto para no envejecer jamás. Winnie lo hizo cuando conoció a la familia Tuck, cansada de su monótona vida, y le enseñaron el gran secreto que guardaban: Bebían agua de un manantial milagroso que les otorgaba la eterna juventud. Manu lo hizo al conocer a Popovich, creador de un legado eterno que no conoce de arrugas ni canas. Artífice de la obra más regular que ha dado el deporte americano en los últimos años y que todavía hoy sigue intacta pese al empuje de jóvenes equipos que buscan su sepultura.

Los Spurs, desde la llegada de Pops ya hace 21 años, no han perdido nunca una cita con los Playoffs. Habiendo ganado 5 títulos en ese período, son el equipo más laureado junto a los Lakers en ese tramo. Además, en todas esas temporadas el equipo jamás ha bajado del 60% de victorias.

Tras la retirada de Duncan y las últimas lesiones de Parker, Ginóbili se ha quedado como principal abanderado de la eternidad texana. Con menos pelo y velocidad que antaño, sigue derrochando magia desde la segunda unidad, donde lidera la próxima hornada que bebe del mágico manantial. Su entrenador ya ironiza: “Es especial. Sea lo que sea lo que está bebiendo, yo también quiero un poco…Tiene que haber una fuente de juventud en algún sitio».

A la altura de los más grandes

Sin ser espectaculares (9,4 puntos, 2,3 rebotes y 2,4 asistencias  en 21 minutos), sus números son decisivos para entender la importancia y el impacto de Manu en el equipo. Líder de una de las mejores segundas unidades de la liga, ya ha regalado varias victorias a un equipo todavía ultra competitivo (28-14).

Días atrás, frente a los Suns ya estableció una marca histórica: Primer jugador con 40 o más años en firmar 20 puntos en 20 minutos o menos. 21 puntos en 19 minutos con 7/10 en tiros de campo. En el siguiente partido el argentino se fue hasta los 26 puntos y siguió cosechando récords: Solo Abdul-Jabbar y Michael Jordan habían anotado más puntos entrados los 40 años. Los 6 triples que anotó le unieron a Vince Carter como jugador con más triples anotados en un partido superada la cuarentena, y además, se unió a Parish, Jabbar y MJ como jugadores con dos partidos seguidos de al menos 20 puntos con 40 o más años. Lo hizo además partiendo desde el banquillo, algo que no se había visto jamás.

A estas alturas el All-Star ya no es ninguna prioridad para Ginóbili, lugar donde ha defendido la camiseta del oeste en dos ocasiones, pero en el primer recuento ha alcanzado los 231.460 votos, que le sitúan por delante de exteriores como: Paul, Lillard, Butler o Booker… Quien sabe si un tercer Partido de las Estrellas sería poner el broche de oro a una legendaria carrera. De momento disfrutemos de los últimos tangos abrazado a un balón naranja.

“Viejo que buen vino bebe, nunca muere”.

“Mayor honra se debe, al que más edad tiene”.

“Hombre anciano, juicio sano”.

Manudona forma parte de los deportistas que dan sentido a estos otros dichos. Deportistas como Tom Brady, Michael Schumacher, Michael Jordan, Kareem Abdul-Jabbar o Chris Horner, que han seguido viviendo en su particular bosque mágico para ser por siempre eternos.

Sergi Concha: Estudiante de Periodismo Deportivo. Editor de SweetHoops.com. Puedes escucharme en Banana Boat Podcast.
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