Por Juanfran de Haro y Víctor Millán
El que dijo aquello de que ‘las comparaciones son odiosas’ lo decía porque seguro que había comparado mucho. Sí amigos, nos hemos lanzado a analizar a los jugadores más representativos de los Bulls de la temporada 1995-1996, aquella en la que los de Chicago consiguieron el récord histórico de 72 victorias y 10 derrotas a lomos de Michael Jordan y compañía, y los Warriors del 2016 de Stephen Curry y su extraterrestre contrarreloj para batir registros nunca antes vistos.
Antes de empezar aclaremos que establecer esta comparativa no es lo mismo que analizar ‘manzanas con manzanas y peras con peras’ que diría aquella. Pero queremos traer a Sweet Hoops el comentario que ya se empieza a trazar en algunas conversaciones entre amigos. Eso sí, avisamos de que 9 de cada 10 médicos no recomiendan este artículo para los CurryLovers o los adoradores de Jordan.
No hay duda de que aquellos Bulls estaba supeditados a un Jordan que a sus 32 años combinó su plenitud baloncestística (aunque no tan explosiva como a finales de los 80) con una madurez mental completa. Era el Charles Xavier de la NBA, capaz de doblegar a sus contrarios solo con mirarlos. A eso Curry aún no ha llegado, aunque sus celebraciones desde el triple antes de que el balón atraviese el aro comienzan a parecerse.
Los Warriors son más equipo, eso también parece claro. Y también que de continuar la dinastía de la Bahía la mejor comparación solo podrá hacerse dentro de cinco año, cuando ambos equipos se equiparen en la edad de sus estrellas y jugadores principales.
También en favor de los chicos nuevos de la oficina hay que decir que la temporada 95-96 no fue especialmente dura en el Este donde los Bulls desarrollaron el grueso de su récord, como si lo es el Oeste actual. Aunque, claro está, tampoco es lo mismo cazar anillos como los hicieron estos Bulls en Finales ante algunos de los mejores equipos de la historia que la poca perspectiva que nos da el único anillo de la saga de Kerr, Curry y compañía.
¿Te parecen muchas diferencias? Ya verás como luego no. Pero no adelantemos más, ahora toca compararlos 1 contra 1. El triple contra la potencia. El talento desbocado contra la superioridad consabida. Empezamos:
Michael Jordan vs. Stephen Curry
Vaya por delante que la idea no es establecer una comparativa entre Michael Jordan y Stephen Curry, ya que, más allá de lovers y haters, ésta no se sostiene hoy por hoy, y lo que realmente pretende este artículo es trazar un paralelismo entre los roles y la importancia que ambos tuvieron (en el caso de Curry, tiene) en los históricos récords de sus respectivos equipos.
Tanto las 72 victorias de aquellos Bulls del 96 como el extraordinario récord que los Warriors registrarán al final de la presente temporada tienen como piedra angular las gigantescas figuras de Michael Jordan, en los primeros, y Stephen Curry en los de la Bahía, asumiendo ambos el papel de líder dentro y fuera de la cancha. A nivel individual, se enfrentaron a tan extraordinaria racha de victorias en momentos muy distintos de sus carreras. Curry está en plena eclosión de su máximo nivel de baloncesto: primer anillo, primer MVP, y consolidación como estrella de primer orden; y Jordan firmaba su décima temporada a un nivel superlativo (aventura beisbolera de por medio) y ya lucía tres anillos de campeón, tres MVPs, tres MVPs de las finales y un DPOY.
Pero fijándonos en los fríos números, observamos que, triples a parte, se parecen bastante. Y aunque sus estilos de juego poco tienen que ver, ambos consiguieron, no sólo elevar su baloncesto a otro nivel, también hicieron mejores a sus compañeros hasta el punto de convertir un buen roster en uno prácticamente invencible, y está es una cualidad que muy pocos jugadores han conseguido desarrollar en la vasta historia de la NBA. Otra virtud que comparten aquel Michael Jordan y este Stephen Curry es la sensación que transmiten a aficionados, compañeros y rivales de que son capaces de hacer cosas inverosímiles cada noche sobre una cancha de baloncesto.
Jugador | Edad | MP | FG% | 3P% | REB | AST | ROB | TAP | PÉR | PTS |
Michael Jordan | 32 | 37.7 | .495 | .427 | 6,6 | 4,3 | 2,2 | 0.5 | 2,4 | 30,4 |
Stephen Curry | 28 | 33.9 | .507 | .454 | 5,4 | 6,6 | 2,1 | 0,2 | 3,2 | 30,1 |
Scottie Pippen vs. Klay Thompson
Las dos segundas espadas de ambos equipos. Y de nuevo el triple marca las diferencias claras entre dos épocas y dos tipos de baloncesto que poco tienen que ver. Aunque en este caso las distancias se reducen porque el escudero de Jordan era el jugador de los Bulls que más tiraba desde la larga distancia por partido (5,2 intentos con un 37% de acierto), muy alejado, pese a todo, de los ocho triples que se juega por partido Klay con un 42% de acierto.
Si algo une a Pippen y Klay es sin duda alguna su capacidad para aglutinar ambición y no causar problemas (o casi, que se lo pregunten a Kukoc) por su papel como segunda estrella en la sombra. Ambos fueron y son los segundos máximos anotadores de sus equipos, declararon que son uno de los mejores jugadores de su época, y aún con todo contribuyen durante años a un éxito colectivo. Pippen, por posición y cualidades (obviamente mucho mejor defensor), producía más en otras facetas como rebote, asistencias o robos, pero los dos son el ancla sobre la que gravita la constelación entre una megaestrella y un gran equipo.
Draymond Green vs. Dennis Rodman
Los tipos duros al mando. Es indudable que el bueno de Draymond hace mucho más que Rodman (al menos dentro de la cancha), pero los dos comparten ese carácter de cancerbero al que a veces le sueltan la cadena que parece claro que necesita cualquier dinastía para prosperar.
Ambos impusieron su ley ante contrarios que les sacaban más de diez centímetros de altura. Y lo hicieron sobrados. Rodman no tiraba ni aunque le llegara el balón al final de la posesión, pero pese a esto nos parece una de las equivalencias más claras entre los dos equipos.
Toni Kukoc vs. Andre Iguodala
Los sextos hombres por antonomasia. Sin Kukoc los Bulls habrían perdido varios partidos fundamentales y quien sabe qué hubiera pasado sin Iggy en las pasadas finales de la NBA. Como queda claro, también estamos ante jugadores muy distintos, el tirador balcánico contra el todoterreno forjado a base de gimnasio y anticipación. Pero la presencia de dos jugadores excepcionales en el banquillo es otra de las similitudes claras de ambos equipos.
Dos pívots australianos con malas pulgas
Nuestro viaje comparativo nos obliga a repostar sí o sí en Australia. ¿Cuánto tiene de casualidad que los dos equipos cuenten como pívot de referencia con un australiano? Bogut ha demostrado durante su carrera tener mucho más talento que Luc Longley, pero su rol en sus respectivos roster no es para nada diferente. Jugadores altos, rocosos, con tendencia a romperse, y que se mueven en esa delgada línea entre pensar que si no estuvieran no pasaría absolutamente nada o sería totalmente catastrófico.
Ron Harper vs. Harrison Barnes
Puede que en cuanto a estilos de juego tampoco encontremos grandes semejanzas entre ellos, pero en cuanto al rol desarrollado, Harper en los Bulls del 96 y Barnes en estos Warriors de récord, tienen bastante en común. Barnes es mejor tirador de lo que fue Harper, y éste era mejor defensor. Pero si extrapolamos sus estadísticas a 36 min de juego, encontramos ciertas similitudes.
Jugadores ambos capaces de sacrificar lucimiento personal en pro del equipo, dispuestos a contener sus grandes virtudes ofensivas (que son muchas) para encajar, cual alumnos aplicados, en un esquema diseñado para el lucimiento de las grandes estrellas, y dónde ganar es lo importante. Harper fue una estrella antes de llegar a los Bulls para ponerse al servicio Jordan y los anillos. Barnes, en otro equipo sin un Curry y un Thompson, probablemente elevaría sus prestaciones a niveles de estrella. Dos piezas del engranaje sin las que la maquinaria no funcionaría igual.
Y el hombre que ha visto cosas que nosotros no creeríamos:
Sí amigos, Steve Kerr anotó todo en su cabeza desde el banquillo de los Bulls. Phil Jackson, has creado al replicante perfecto.
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