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Los Bulls acaban imponiendo su ley
Chicago tuvo que exprimirse para endosar a Nueva York su sexta derrota consecutiva al vencerle 104 a 99 en el United Center. La buena gestión de los tiros por parte de los Knicks les permitió competir el partido hasta los minutos finales, momento en el que la superioridad en el rebote ofensivo de los Bulls decantó la balanza hacia el equipo con el mejor récord de la NBA.
Mal escenario eligieron los Knicks para comenzar a jugar bien. Los ‘Nueva York Knicks’ llegaban con una fatídica racha de cinco derrotas consecutivas a la casa del mejor equipo de la liga, ‘Los Bulls’, en la noche latina de la NBA. La preocupante imagen dejada el domingo contra Philadelphia por los de Mike D´Antoni debía enfrentarse a la mejor defensa de la liga, que además recuperaba a Joaquim Noah, su principal bastión en la zona. Pese a este planteamiento, los neoyorkinos consiguieron mantener el tipo durante la mayor parte del partido, aprovechando los fallos de unos Bulls fatigados, hasta que su inoperancia para competir la ventaja de Chicago en el rebote ofensivo -22 de los locales por tan solo 9 de Knicks- acabara con cualquier posibilidad de romper su racha a lo grande.
El partido comenzaría con una alegría anotadora contraproducente para los Bulls. Los triples de Korver por Chicago, y Melo y Chandler (11 pts. 10 reb.), con gran acierto en los lanzamientos, por los de la gran manzana potenciaban el marcador hasta un 21-19 con seis minutos disputados. Los Knicks hacían buena su labor en ataque, pensándose los tiros y controlando la muñeca, lo que le posicionaría arriba al final del primer asalto (23-25).
Los convalecientes Knicks conseguían plantar cara a Chicago, pero este escenario respondía más bien a los desaciertos de los toros que a las virtudes de los neoyorkinos. Rose se obcecaba en el inicio con un 3/10 en tiros de campo cuando el MVP tenía que ver además como ‘Linsanity’ le colocaba una impresionante gorra segundos antes de finalizar el cuarto.
El segundo cuarto daría entrada a los suplentes de ambos equipos, duelo de los que saldrían favorecidos los visitantes. Nueva York planteaba transiciones rápidas con Baron Davis a la dirección de un quinteto en el que Chandler era el único hombre alto. Sin embargo, el buen juego no sería suficiente para despegarse del marcador (34-37 a 6 min.) pese a que la defensa de Chicago seguía siendo mediocre, lo que llevaría a que Chicago empatara el partido a 40 en el momento en que se fuera el único hombre que defendía de verdad la zona naranja, Tyson Chandler.
Pese a esto, el orgullo neoyorkino saldría a flote por medio de un Lin mucho más ordenado que en las últimas jornadas, anotando un par de canastas al ‘estilo Rose’, que provocaban el mosqueo del MVP. El 48-50 al descanso distaba mucho del planteamiento inicial del partido. Los Knicks estaban controlando, con Melo jugándose tan solo los tiros fáciles y un Lin que repartía 5 asistencias al descanso, para comenzar a llenar sus números individuales hasta los 15 puntos y 8 asistencias finales.
Tira y afloja
La vuelta de vestuarios era presidida por un enorme tapón de Stoudamire, el octavo de New York por ninguno de Chicago. Sería precisamente el ala-pívot el que liderara la anotación de su equipo en los primeros minutos de la segunda mitad. Pero Chicago tiene la mejor defensa de la liga, y no tardaría poco en aparecer Noah (12 pts. 10 reb) para estrenar el casillero de tapones de los suyos colocando dos seguidos para achicar el ímpetu neoyorkino y lanzar a su equipo hacia la primer ventaja importante (66-59) gracias a la mejoría del acierto de Rose y los puntos interiores de Carlos Boozer.
En ese momento D´Antoni pedía tiempo muerto para devolver al camino a su equipo, acostumbrado a ver como sus pupilos pierden la senda durante los segundos tiempos. El propósito se convertiría en realidad, y New York se mantenía en el encuentro sin perder comba, dejando el resultado 79-78 a falta de la disputa de la última entrega. Había partido, lo cual ya era mucho para los Knicks.
Gibson, o el rebote en ataque
Los primeros minutos del último cuarto daban la iniciativa en el marcador a Chicago 85-80 gracias a las segundas opciones que los hombres de rojo disponían debido a su superioridad en el rebote ofensivo. La defensa del rookie Jimmy Butler frenaba a Carmelo de forma pasmosa, y los Knicks debían buscar la opción de Lin, tímido de cara al aro hasta entonces, y de su mejor hombre de la noche, Amare Stoudamire, que cerraría el partido con 20 puntos.
Un gran mate de Rose tras el enésimo rebote ofensivo de Taj Gibson (acabaría con 8) ponía al público del United Center en pie, y dejaba a los de D´Antoni muy tocados a falta de dos minutos para la bocina (95-90). El partido se había teñido de rojo, Derrick Rose sacaba brillo a su estatuilla de MVP para subir su anotación hasta los 32 puntos, mejorando notablemente sus porcentajes desde el comienzo, frente a unos Knicks que desesperaros comenzaraban a buscar a un Carmelo acomplejado hasta entonces tras no disputar ni un solo minuto del último cuarto de la madrugada anterior.
El de Brooklyn (21 pts.) respondería ante los suyos anotando un triple que aumentaba la tensión colocando el 99-95 a falta de 48 segundos. Sin embargo, los Knicks no están para estas guerras y desperdiciarían dos ataques claves que eran respondidos con sencillez por Chicago para dejar el marcador en el 104-99 final.