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Jason Kidd y el tiempo muerto del refresco
La carrera como entrenador de Jason Kidd ha entrado en otro nivel tras su actuación. Forzar un tiempo muerto pidiendo a su jugador que le golpeara.
Que Kidd fue un gran jugador está claro. Que esté en proceso de ser un buen entrenador ya genera más dudas. El ‘coach’ de los Nets realizó este miércoles una de las acciones más ridículas de las que se han visto por una cancha NBA.
El absurdo se dio en el partido que su equipo disputaba contra los Lakers. A falta de 8 segundos para el final, los Nets caían por 94 a 96 y tenían posesión para ganar el partido. Pero ay amigo, no tenían tiempos muertos. Pero Kidd tiene soluciones para todo. Vamos a intentar narrar los hechos que se ven en el vídeo.
Kidd se pone nervioso. Le pasan mil cosas por la cabeza. Fue fichado para liderar un equipo campeón que por el momento solo ha conseguido ganar 4 partidos en lo que va de temporada. Y encima al poco de firmar el contrato le pillaron conduciendo después de haberle dado a la botella. «Esto lo soluciono yo», pensó Kidd, que no se le ocurrió otra cosa que coger un refresco indefinido a medio camino del Nestea y la Coca-Cola y meterse en el terreno de juego. ‘Hit me’ le dijo a Tyshawn Taylor, que pasaba por allí. El sophomore, que es un mandado, llega y arrolla a su entrenador, al que se le cae el refresco, y todo ello para conseguir unos segundos extras que le permitieran armar la jugada de la victoria mientras los de la mopa arreglaban el desaguisado. La ‘jugada’ queda retratada en la cara de Deron Williams, que salta del banquillo pensando qué narices está pasando.
El falso tiempo muerto ya era un hecho. El problema es que casi se enteraron más de la maniobra los jugadores de los Lakers que los de los Nets, a los que les costó acercarse al banquillo. La imagen, con Steve Blake justo al lado de Kidd siendo el primer observador de la jugada lo dice todo. Y claro, la jugada no salió. Paul Pierce falló el triple de la victoria y los Lakers se llevaron el partido.
«Yo solo quería ganar» argumentó Kidd, al que después la NBA multaría con 50.000 dólares por su actuación. Sin duda alguna, último capítulo de la carrera del antiguo base como entrenador, que éxitos de momento no promete demasiados, pero en lo que se refiere a dar que hablar, en eso no hay quien le gane. Lo dicho, el vídeo del esperpento.
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