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Recordando a los Sonics: Payton y Kemp, del 96 a Ray Allen
Segunda parte de la historia de los Seattle Supersonics, la franquicia de la NBA desaparecida en el verano de 2008 y que estuvo cerca de sustituir a los Sacramento Kings hace unos meses.
Si se puede poner algún calificativo a la temporada 1993/94 de Seattle Supersonics es el de fracaso. Con la pareja Payton-Kemp totalmente consolidada, el equipo rozó la perfección durante toda la temporada regular. Y es que los movimientos en los despachos surtieron un gran efecto en el equipo. En septiembre, Whitsitt decidía enviar a Dana Barros y a Eddie Johnson a Charlotte a cambio de un anotador exterior consolidado en la liga como Kendall Gill. Dos meses después, eran Derrick McKey y Paddio los que hacían las maletas con destino Indiana para hacer sitio al alemán Detlef Schrempf.
A pesar de la inestabilidad que podían provocar estos movimientos, el equipo comandado por George Karl comenzó la temporada con un apabullante récord de 20-2. Con Payton y Kemp consolidados como jugadores All Star, y 6 jugadores por encima de los 10 puntos por encuentro, Seattle llegaba a final de temporada con la mejor marca de la NBA, con 63 victorias por tan solo 19 derrotas.
Así las cosas, con unos Chicago Bulls sin Michael Jordan –que había llevado a cabo la primera de sus retiradas-, sólo Shaquille O’Neal, Pat Ewing y Olajuwon parecían rivales de estos Sonics. El primer rival hacia el anillo, la plantilla más joven de toda la liga, Denver Nuggets, que llegaba con un modesto récord de 42-40.
Tras dos partidos dominados con comodidad por los Sonics, las series se trasladaban a Denver para jugar el que podía ser tercer y definitivo encuentro. Sin embargo, el equipo de Colorado salió a la cancha con una energía inusitada, y al final del primer cuarto ya habían anotado 41 puntos, liderados por un gran Reggie Williams. El encuentro caía del lado local por un claro 110-93, lo mismo que el cuarto partido, tras una prórroga dominada enteramente por los Nuggets (12-3 de parcial).
Lo que nadie esperaba, que la serie volviese a Seattle, era ya una realidad. Mutombo, uno de los jugadores clave de esos Nuggets, restaba importancia a que el partido se jugase en Seattle: “No quiero ser irrespetuoso, pero esto son Playoffs. Nadie te invita a su casa, pero tienes que entrar dentro y sentirte cómodo”.
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El partido se movió en todo momento en distancias cortas, sin que ningún equipo se alejase en el marcador. Además, la empresa se complicaba aún más para los de Karl cuando Payton se retiraba con un esguince. Aun así, y a pesar de los 6 puntos de Kemp en toda la segunda parte, Seattle afrontaba la última posesión con 2 puntos abajo. Gill conseguía un rebote en el último segundo para forzar la prórroga. En el tiempo extra, Denver completaba la sorpresa, venciendo por un ajustado 94-98 y hacía historia al ser la primera vez que un octavo clasificado eliminaba a un primero. La foto de Mutombo con tirado sobre el parqué con el balón del partido ya ha pasado a la historia de la liga.
La mala suerte no terminó ahí, ya que oor segundo año consecutivo, los Sonics volvieron a quedarse fuera a las primeras de cambio en el Playoff teniendo el factor cancha a favor, esta vez ante unos Lakers pre-Bryant y O’Neal sin demasiado talento. Después de hacer otra gran temporada –no tan brillante como la anterior, pero buena en cualquier caso- con 57 victorias por 25 derrotas, el papel de favorito volvió a pesarles como una losa y ni siquiera pudieron llegar al quinto encuentro en casa con el equipo angelino.
A pesar de estos duros varapalos, George Karl supo recomponer a su equipo para que volviesen a brillar durante toda la temporada regular de la 1995/96, estableciendo el mejor récord de la franquicia, con 64 victorias por 18 derrotas, en uno de los mejores años como profesionales de Payton -19.3 puntos, 7.5 asistencias y 2.9 robos por partido para ser elegido Jugador Defensivo del Año- y Kemp -19.6 puntos y 11.4 rebotes, con su tercera participación en un All-Star-.
Sin embargo, si alguien recuerda ese año es por el mejor récord de la historia de la NBA, el 72-10 conseguido por los Chicago Bulls en la vuelta de Michael Jordan (87-13 contando con Playoffs). Pero antes de Jordan esperaban varios escollos de gran importancia.
En primera ronda se vieron las caras con Sacramento Kings y, aunque un mal segundo partido hizo rememorar a los aficionados sonics los dos últimos varapalos seguidos, Payton guió a los suyos en los dos partidos jugados en Sacramento –especialmente en el último, cuando anotó 29 puntos-.
En las semifinales de conferencia se deshicieron por un claro 4-0 de los campeones de las dos últimas temporadas, los Houston Rockets de Olajuwon y Drexler. A pesar de no perder ningún encuentro, a excepción del primero todos fueron bastante ajustados. La clave de la eliminatoria fue el mejor momento de forma de Payton y Kemp, que fueron bastante superiores a Drexler y Olajuwon.
La ‘extraña pareja’ de Utah Jazz, Karl Malone y John Stockton aparecía en las puertas de la final para llevar la serie al último encuentro en Seattle gracias a un grandísimo Karl Malone que lideró a su equipo cuando estaban contra las cuerdas después del cuarto partido -3-1-. En el quinto y en el sexto encuentro, el ala-pívot se las arreglaría para anotar 29 puntos y 15 rebotes y 32 puntos, 10 rebotes y 7 asistencias respectivamente y devolver con ello la serie a Seattle. En el séptimo, los Sonics harían valer su condición de locales para eliminar a Utah Jazz por 90-86 en un ajustado encuentro, gracias al trabajo de Kemp -26 puntos y 14 rebotes-, bien ayudado por Payton -21 puntos- y Schrempf, con 15.
Y el último obstáculo para alzarse con el anillo, los Bulls de Jordan, uno de los mejores equipos de todos los tiempos. El primer encuentro, celebrado en el United Center, se decantó del lado local, con un gran último cuarto de unos Bulls comandados por Jordan, Pippen y Kukoc (28, 21 y 18 puntos respectivamente).
Después del partido, Payton se mostraba enfadado: “Podemos jugar contra este equipo. Podemos ganar a este equipo. Simplemente hemos cometido errores estúpidos en la pista”. Aunque el marcador del segundo encuentro fue más ajustado, no reflejó fielmente lo ocurrido en la pista, donde los Bulls dominaron gracias de nuevo a un genial Jordan con 29 puntos.
La serie se traladaba al Key Arena, pero Jordan no dio opción a los Sonics, con 36 puntos en todo el partido, 15 de ellos en los 4 últimos minutos del segundo cuarto. Karl se resignaba: “Las apuestan están contra nosotros. Todo está contra nosotros”.
Pero el cuarto asalto fue otra historia. Payton y Kemp sacaron el orgullo que tenían dentro, y al descanso los Sonics ganaban por 21, la diferencia con que terminaría el encuentro, 107-86. El quinto, otro golpe en la mesa de Seattle con un gran último cuarto y una gran defensa durante todo el partido. Payton, que fue el máximo anotador con 23 puntos, se reafirmaba en lo dicho días atrás: “Sabíamos que podíamos competir contra este equipo, simplemente nos ha llevado un poco más de tiempo. Deberíamos haber empezado a jugar así antes”, aseguró el base.
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Una frase más que cierta, pues en el sexto disputado en Chicago se acabó el sueño para los de Karl. Un genial Rodman acabó con todas las opciones rivales con una genial actuación -9 puntos, 19 rebotes y 5 asistencias, con 5 puntos en un parcial clave de 12-2 para Chicago que cambió el marcador de un 52-45 a un 64-47 casi definitivo a finales del tercer cuarto-. Después del partido, Karl aseguró que el bueno de Dennis era la razón por la que Chicago había ganado el partido.
Después de esta final, los Sonics no volvieron a superar las semifinales de conferencia, y las piezas clave de este equipo –Payton, Karl, Kemp McMillan o Schremf– cambiaron de aires o se fueron retirando poco a poco. Precisamente, el traspaso de Payton a los Milwaukee Bucks supuso la llegada de una nueva esperanza para la franquicia del estado de Washington, esto es, la del escolta Ray Allen, que hacía dos temporadas había llevado a los Bucks a la final de la Conferencia Este.
Sin embargo su paso por los Sonics tuvo más pena que gloria, ya que a pesar de sus buenos números, sólo fue capaz de llevar al equipo una vez a Playoffs en las casi 5 temporadas que vistió el verde ‘sonic’. Ésa fue la 2004/2005, con la ayuda de un gran Rashard Lewis, un emergente Luke Ridnour en su segunda temporada en la liga y una de las mejores versiones de Radmanovic.
Como recuerdo, sería el equipo encargado de cargarse al último vestigio de los Sacramento Kings de Chris Webber, Peja Stojakovic o Mike Bibby, que andaba en sus horas más bajas tras enamorar durante años al público con un juego vistoso que por desgracia no obtuvo como resultado el anillo de campeón.
Pero los Supersonics no duraron mucho más en los que fueron sus últimos Playoffs hasta el momento, ya que en Semifinales de Conferencia se cruzaron con unos San Antonio Spurs que iban lanzados hacia su tercer anillo. 4-2 fue el resultado favorable a los de Popovich, que fueron capaces de desequilibrar la balanza en el sexto encuentro jugado en Seattle, ganando por dos puntos a pesar de la baja local de Lewis.
Esa eliminatoria condenaría a Seattle al ostracismo en la liga, sin volver a llegar a los Playoffs. Antes del traslado de la franquicia a Oklahoma, los aficionados de Seattle pudieron disfrutar del primer año de baloncesto de uno de los jugadores llamados a marcar una época, Kevin Durant. El alero promedió 20.3 puntos en las 19 victorias y 63 derrotas de la última y triste campaña de los Supersonics de Seattle, la 2007/2008.