Opinión NBA
Despropósito Bynum
A lo largo de las noche de ayer fueron varios los medios que anunciaron que Andrew Bynum no va a volver esta temporada. Los Sixers se quedan en cuadro.
A lo largo de la noche de ayer fueron varios los medios que anunciaron que Andrew Bynum no va a volver esta temporada. Yahoo! o Fox Sports han sido los primeros en anunciar que el pívot, que acaba contrato este verano, va a volver a operarse de sus rodillas esta semana en Nueva York, lo que supone el enésimo revés para el ex de los Lakers. Bynum llegó este verano a Philadelphia, equipo con el que no ha jugado ni un minuto esta temporada, en el intercambio que llevó a Dwight Howard a los Lakers.
Tras conocerse la llegada de uno de los centers más dominantes de la liga a Philly fueron muchos los que pusieron a los 76ers un paso por encima en la pelea por ser el segundo equipo de la Conferencia Este. Nada más lejos de la realidad. La falta de avances en su recuperación ha acabado por hundir un proyecto por el que Philadelphia sacrificó a uno de sus mejores jugadores, Andre Iguodala, que disfruta de mejores tiempos por los Denver Nuggets y a una de las sorpresas de la temporada, Nikola Vucevic.
Desde su llegada a la ‘ciudad de la libertad’ Bynum avisó del estado de sus rodillas, pero en ningún momento se llegó a prever que los Sixers no pudieran siquiera estrenar a su «jugador franquicia» como lo recibió el presidente de los 76ers, Rod Thorn, que hace alguna semanas cambió su discurso para calificar de «cuanto menos extraña» la situación del center.
Andrew Bynum comenzó a entrenar con su nuevo equipo a finales de febrero, cuando empezaba a recuperarse de su lesión de rodilla tras agravarla por jugar a los bolos. Fue este incidente el que precisamente abrió la caja de los truenos en torno a un jugador que nunca ha llegado a trasmitir una actitud centrada ni profesional, llegando incluso a la prensa las declaraciones de un amigo de la infancia que aseguraba que a Bynum «nunca le había gustado jugar al baloncesto».
Ahora es Philadelphia el que tiene que esconder el muerto. La franquicia ha desperdiciado la oportunidad de montar un equipo competitivo en torno a Jrue Holiday, y se encuentra además con la duda de si el jugador ha tenido alguna vez su mente enfocada en los Sixers. Bynum llegó a su nuevo equipo tras lograr su mejor temporada como profesional, logrando unos registros de 18,7 puntos y casi 12 rebotes por partido, pero con el regalo debajo del brazo de un contrato que finaliza este mismo verano, sembrando las dudas sobre sus intenciones de extender la vinculación con su nuevo equipo casi desde que puso el pie en el aeropuerto.
Ahora bien, aunque Bynum quisiera renovar… ¿estarían los Sixers dispuestos a jugarse un año más en la misma situación? Lo lógico es pensar que no, y que Philadelphia tendrá que asumir que ha retrasado un año la posibilidad de hacer un equipo mejor, y lo que es peor, habiendo perdido a buenos jugadores a cambio de nada tras implicarse en un traspaso que ha dejado más cadáveres que sonrisas en la mayoría de equipos involucrados.
Las dudas van más allá al preguntarse si alguna vez veremos a Bynum, en el equipo que sea, volviendo a ser ese center dominante que empezaba a anunciar una dictadura desde Los Ángeles. Pero eso, solo lo dirá el tiempo.