Donovan Mitchell se gradúa

No hay ya adjetivos posibles para describir la temporada que ha hecho Donovan Mitchell, y más aún, su primera inmersión en Playoffs. Los Jazz derrotaron este viernes a los Thunder (91-96) en Salt Lake City en el sexto partido de la eliminatoria. 4-2 y pasando de ronda, parece mentira cuando antes del All-Star este equipo no estaba metido en la postemporada.

Ricky Rubio se lesionó a los 7 minutos de partido por unas molestias en los isquios. Las pruebas dirán si puede estar en el siguiente partido contra Rockets, pero no parece algo severo. Sin el base español, Mitchell asumió buena parte de las funciones de organizador, y acabó con 38 puntos, 5 de 8 en triples, y metiéndolas de todos los colores. Fue una exhibición con mayúsculas especialmente en la segunda mitad, donde anotó 28 de sus tantos.

Para poner en contexto, Mitchell es el primer Rookie en anotar más de 20 puntos en sus seis primeros encuentros de postemporada desde Abdul-Jabbar, aún llamado en su primera temporada como Lew Alcindor. Pero es que además de esto estuvo muy bien acompañado por los de siempre: Gobert, Ingles, Favors y un Crowder que sumó muchos minutos por la ausencia de Ricky.

Enfrente, los Thunder murieron con los puesto. Russell Westbrook volvió a ser el mejor con 46 puntos, 10 rebotes y 5 asistencias. Otra animalada del base, que no obstante estuvo solo. Paul George, el mejor de OKC hasta ahora, hizo un partido horrible quedándose en 5 puntos con 2/16 en tiro y Anthony solo aportó 7 tantos. Steve Adams fue el segundo mejor del equipo con 19 puntos y 16 rebotes. El banquillo, siempre flojo, estuvo aún peor, solo aportando 12 puntos al conteo total.

Thunder’s Russell Westbrook takes exception to Utah fan after Game 6 loss to Jazz pic.twitter.com/Ef1cgEhVm4

— Ben Golliver (@BenGolliver) April 28, 2018

Pese a esto, los Thunder pudieron remontar 13 puntos de desventaja y se plantaron con un 92-91 a minuto y medio del final. Tuvieron 7 tiros para intentar la remontada, pero erraron. Westbrook al final del partido acabó encarándose con los fans de Utah. El Big-Three de OKC seguramente sea ya historia, mientras que estos Jazz sueñan ahora con seguir la machada contra los Rockets. Su primer encuentro será el domingo.

Los Raptors también avanzan

En DC, los Raptors se llevaron el partido que les da el pase gracias a la primera gran actuación de su banquillo, el que había sido el mejor durante la temporada regular. Gracias a Wall y Beal, los Wizards se posicionaron a la cabeza antes del último cuarto. Como ejemplo, durante este periodo la pareja exterior de la capital acabó con 20 puntos ellos solos por 23 de todos los Raptors. Pero el comienzo del último periodo fue el de los VanVleet, Siakam y compañía. Con la segunda unidad, los Raptors consiguieron remontar y acabaron el periodo con un parcial de 29-14. Al final del partido, 102-92 para ellos.

DeRozan volvió a no estar bien, con 16 puntos y un 33% de tiros. Pero sí Lowry (24+6+6), aunque como decimos lo mejor fue el banquillo, con 34 puntos entre 5 jugadores. Los Wizards, que no pudieron contar con Otto Porter por lesión, vuelven a ver su proyecto naufragar, mientras los Raptors esperan ahora al ganador de la serie de Cavs-Pacers… que se irá al séptimo partido.

Barrida de los Pacers sobre Cavaliers

Esta vez las cosas siguieron igual por Cleveland pero además LeBron no estuvo tan excelso como nos está acostumbrando. ‘The King’ firmó 22 puntos, 5 rebotes y 7 asistencias con un 43% de tiros de campo. Decir que no estuvo excelente con estos datos es una forma de decir lo mucho que se le exige. Los Cavs no estuvieron nunca de cara al partido, y acabaron perdiendo por 87-121.

Porque en Cleveland no funciona nada más. Love se volvió a quedar en 7 puntos, y solo Jeff Green y Hood desde el banquillo (13 y 12 puntos respectivamente) aportaron algo.

Frente a ellos, triple-doble de un Oladipo que sigue a un nivel superlativo (28+13+10), entando arropado como siempre por todo el equipo y un especialmente acertado Sabonis desde el banquillo (19 pts). Habrá Game 7, y de verdad es imposible prever qué pasará.