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Y LeBron James le dio su anillo a Cleveland
Los Cavaliers tienen su primer título de campeones de la NBA gracias a un LeBron James que se hizo con el merecido título de MVP. Kyrie Irving anotó el triple decisivo y estuvo excelso. Muchas preguntas sobre la labor de Warriors y Stephen Curry.
Cuando hace dos veranos LeBron James anunció que volvía a Cleveland lo hizo con la promesa de dar a la franquicia de su estado natal su primer título de la NBA. El reto era mucho más sincero que aquel fanfarrón “Y llegará el primer campeonato, y luego el segundo, el tercero, el cuarto…” que James y Wade anunciaron poco después de que el de Akron desembarcara en Miami en 2010.
Hoy ha cumplido su promesa en Oakland. Los Cleveland Cavaliers se han impuesto por 93-89 a los Golden State Warriors en el séptimo partido de unas Finales para la Historia. Principalmente, porque los Cavs han conseguido su primer anillo (y el primer título del estado en cualquier disciplina deportiva en más de 50 años), y lo han hecho siendo el primer equipo en ser capaz de remontar un 3-1 en contra ante nada más y nada menos que unos Warriors que habían firmado el mejor récord de siempre en Regular Season. Su 73-9, ese que quizá, por realizar demasiados esfuerzos en alcanzado, les haya dejado sin toda la frescura durante PlayOffs.
LeBron MVP… y Kyrie Irving decisivo
LeBron, que acabó entre lágrimas, como casi todos los miembros de su equipo, ha sido elegido MVP de las Finales. La decisión parecía clara aunque los Warriors se hubieran llevado el título finalmente. En este séptimo partido se fue hasta los 27 puntos, 11 rebotes, 11 asistencias, 3 tapones y 2 robos y durante las Finales ha conseguido promediar 29,7 puntos, 11,3 rebotes, 8,9 asistencias, 2,6 robos y 2,3 tapones. Impresionante.
Es su tercer anillo en siete Finales. La primera, jovencísimo en 2007 con sus Cavs y errada, se completa ahora con la última, de nuevo en casa y convertido en un veterano con galones para ser ya uno de los mejores 5 jugadores de la Historia.
El choque final ha sido un partido de nervios, de tiras y aflojas. Durante el segundo y el tercer cuarto dos máximas ventajas de 7 puntos para cada equipo fueron el máximo amago que tuvimos para pensar que el partido se iba a romper. Pero no lo hizo. Tanto James (9/24 en tiros) como Curry (6/19) erraron más que en otras ocasiones. Era un séptimo partido y se notaba.
En este maremagnum aparecieron tres jugadores por parte de los Cavaliers y solo uno por los Warriors. Kyrie Irving anotó el triple decisivo a falte de 40 segundos para poner el 92-89 en el marcador. Tyronn Lue preparó una jugada para que su base se quedará en 1×1 contra Curry.
Y demolió el partido.
Antes de Irving, JR Smith (muy serio todas las Finales) anotó tres canastas seguidas durante las medianías del encuentro cuando los Warriors amenazaban con marcharse en el marcador. Por su parte, el denostado Kevin Love, acabó el partido decisivo con 9 puntos y 14 rebotes. Una labor encomiable.
Por parte de los Warriors, solo Draymond Green, que pareció casi un LeBron James (32 pts, 15 reb, 9 asis), estuvo a la altura. Quizá incluso de haber sido MVP de las Finales si su equipo hubiera ganado a pesar de haberse perdido un partido por sanción.
Muchas preguntas en torno a Curry y los Warrios: ¿Han pagado perseguir el récord?
Y es que en los Warriors el último partido volvió a dejar muchas dudas. Todas las que puede dejar un equipo que comienza la eliminatoria ganando 2-0 a pesar de que sus estrellas estuvieran eclipsadas y que al final se ve sobrepasado por un equipo que le atropella como un trailer.
Anoche Steve Kerr optó por volver a meter a un hombre grande, Ezeli, en el quinteto titular después de ver como su small ball extremo -el denominado quinteto de la muerte- se quedara demasiado bajito en la sexta cita. Tampoco funcionó. Tristan Thompson y el ya citado Kevin Love sobrepasaron el juego interior del equipo con el mejor récord de la historia.
Ni Curry (17 puntos) ni Thompson (14) fueron ni mucho menos determinantes. En el caso del doble MVP de la Regular Season, lo intentó. No se puede decir de él que se escondiera. Pero no estuvo acertado. Acabó con 4 de 14 en triples y el doble de pérdidas que de asistencias (4-2). Como en todos los PlayOffs, sea por sus problemas de lesiones, inconsistencia, o cansancio acumulado, lo cierto es que no hemos visto al Curry de Regular Season.
En el aire queda la duda de si los Warriors forzaron demasiado durante el Final de la temporada para alcanzar el récord de las 73 victorias. Eso nunca se se sabrá a ciencia cierta. Lo único que podemos decir, porque lo sabemos, es que estas Finales han sido una oda al baloncesto y que llevamos un siglo XXI cargado de citas impresionantes en la lucha por el anillo.
Ahora llega el verano, estaremos unos 130 días sin NBA, pero estas Finales nos han dado de sobra para cargar la batería hasta la vuelta.