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Larry Johnson: De la gloria a la bancarrota
La familia ha sido el talón de Aquiles del mítico dorsal 2, que ha pasado de ser el jugador mejor pagado en los 90 a la ruina.
Ya lo decían allá por la Edad Media. La vida es una rueda que gira y nunca sabes dónde puedes acabar. Si no, que se lo pregunten a la gran leyenda de la NBA Larry Johnson, alias ‘Grandma’. Uno de los jugadores más destacados de los 90 que triunfó durante sus diez temporadas en activo, que se repartieron entre los Charlotte Hornets y los New York Knicks.
En este caso al contrario que en otros anteriores, no parece que la mayor razón de peso venga de la mano de malos vicios. La familia ha sido el talón de Aquiles del mítico dorsal 2. Su ajetreada vida personal acabó con la friolera de cinco hijos, fruto de cuatro matrimonios. A esto se sumó una vida demasiado despreocupada por su parte, gastando a todo trapo y también sus donaciones al que fuera su hogar en la infancia: Dixon (Dallas).
Johnson llegó a ser el jugador mejor pagado de la NBA en su momento, cuando firmó un sustancial contrato de 84 millones repartidos en 12 temporadas con los Hornets. El bueno de Johnson firmó un total de 100 millones a lo largo de su carrera y ha declarado que su deuda asciende a 300.000 dólares.
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‘Esta abuela es un peligro’
Prodigioso jugador universitario, defendió los colores de UNLV, con la que consiguió el trofeo de la NCAA en 1991. Larry consiguió tanto el premio John R. Wooden como el Naismith, que acreditan al mejor jugador universitario. Eso le valió para ser elegido en la posición número 1 del draft de la NBA al año siguiente por los Charlotte Hornets. Empezó entonces una época dorada para el baloncesto cuando compartió la pintura con el pívot Alonzo Mourning.
Durante esta época, los Hornets fueron más populares que nunca, con Mugsy Bogues conformando un trío que hacía las delicias del venerable. A pesar de que los de Carolina del Norte alcanzaron los ‘playoffs’ en dos temporadas, no pudieron alzarse con un anillo para la ciudad. La buena sintonía entre las torres despareció hasta el punto que Mourning fue enviado a Miami tras un grave enfrentamiento entre ambos.
Un año después, los Knicks enviaron al recientemente fallecido Anthony Mason y a Brad Lohaus a cambio de Larry, quien ya arrastraba los problemas de espalda que condenarían el resto de su carrera y que le hicieron pasar de ser un jugador muy físico a un experto triplista -genio sobre la bocina-. Con los Knicks se llegó a convertir en un jugador destacado. Ayudó a los del Madison Square Garden a conseguir el título de la Conferencia Este de 1999, pasando a perder la final con los míticos Spurs del jovencísimo Tim Duncan y su mentor David Robinson.
Mucha suerte, abuelita.