1,75 de estatura, pero con un cuerpo diseñado para saltar cual Mario Bros en busca de la princesa Peach. Este 2016 se cumplen 10 años del primer concurso de mates que consiguió conquistar el chiquitín por antonomasia del siglo XXI en la NBA. El enorme Nate Cornelius Robinson. El segundo jugador más bajito en lograr ganar el concurso y el que más veces lo ha hecho en la historia, con 3 galardones.
El base consiguió en el año 2006, en su año Rookie, rememorar la hazaña conseguida por Spud Webb (1,68 de altura) en 1986 cuando el jugador de los Hawks demostró que los más pequeños también la saben meter.
Robinson, procedente de la Universidad de Washington, fue elegido por los Phoenix Suns en el puesto número 21 del Draft del verano de 2005. Inmediatamente traspasado a los Knicks, Nate llevó desde el comienzo el espectáculo a una Gran Manzana que pasaba su particular (otra más) travesía en el desierto. Es cierto que no fue un jugador determinante aquel año, ni nunca lo ha sido en los ochos equipos por los que ha pasado hasta el momento -a excepción quizá de sus partidos en PlayOffs con los Bulls en 2013, donde rindió a un nivel inesperado- pero llegó a la liga para aportar un escalón más en la historia del Concurso de Mates que a partir de su ausencia ha caído hasta cotas exasperantes.
El bueno de Robinson era un chaval fornido (como demuestra esta foto cuando era un niño ciclado), de hecho había sido jugador de fútbol americano hasta decantarse por el basket. Y menos mal que lo hizo así.
Aquella noche de All Star en Houston los participantes en el concurso eran, además del propio Nate, un joven André Iguodala (Sixers), otro prematuro Josh Smith (Hawks) y Hakim Warrick desde Memphis. En definitiva, tres portentos contra un base que debía elevarse 130 centímetros para conseguir meterla para abajo.
A la final llegaron Iggy y Nate, quien se acabó llevando el primero de sus galardones gracias a una combinación de grandes mates cuyo punto culminante (aunque no definitivo) fue saltar como muestra de homenaje al propio Spud Webb. Los bajitos volvía a ganar y lo hacía juntos, y aunque su victoria llegó con algo de polémica por realizar hasta 14 intentos para conseguir un mate válido, debido a que entonces no había límite de tentativas, la NBA se plegó, como toca, al chico que había logrado sorprender más.
Esta victoria sería la primera de las tres que conseguiría. Las siguientes consecutivas en 2009 y 2010. Una reedición que solo han conseguido en la historia, además de Robinson, Michael Jordan, Dominique Wilkins y Jason Richardson, y que este año quiere conseguir también Zach LaVine.
En la edición de 2009, Nate se puso en el papel de ‘Kryptonita Man’ al saltar, ya no por encima de Webb, sino de Dwight Howard, que había sido el ganador del año anterior. Pero eso ya es otra historia. Esta, de la que ahora se cumplen 10 años, la podemos recordar de la mano de dos grandes, Andrés Montes y Antoni Daimiel, gracias al vídeo subido a Youtube por el usuario Samuel Asturies. Feliz All Star, y próspero concurso de mates:
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